domingo, 26 de enero de 2014

Jinxxy Kitty


¡Hola! Con nuevo Janxx, segunda publicación de año.
Probando algo nuevo como una combinación de Gato-Humano. ¡Un híbrido! Realmente esperaba más de este oneshot, pero simplemente no pude ponerle o quitarle nada cuando ya lo tenía, así que fue lo mejor que pude hacer :( Espero les guste y llene sus expectativas porque al menos para mí no fue suficiente.








Entró a la habitación a pasos sordos, colocándose de puntitas sobre sus pies y avanzando a ciegas con ambas manos estiradas hacia enfrente intentando buscar algún punto de apoyo. La luz estaba apagada y todo estaba en penumbras. Sus pies chocaban descalzos contra el suelo, en su mano derecha el par de zapatos era sostenido con fuerza y con concentración máxima, intentaba acostumbrarse a la oscuridad. El suelo estaba bastante esponjoso por la alfombra exageradamente peluda que había decidido comprar en especial para su mascota. Para cuando ésta decidiera que jugar en el piso era demasiado emocionante y excitante.

Miró el living de la casa con orgullo. Su mente divagó al recuerdo en el que se veía a sí mismo parado frente a esa casa en oferta. Demasiado barato y muy a su gusto. Después de eso los detalles fueron mínimos para hacer así, una casa más acogedora, tal y como él la quería desde un principio.

Su vista se paseaba por todo el salón admirándolo y estudiándolo con cautela como si no lo conociera, cuando algo en especial le llamó la atención y le sacó del pozo de sus pensamientos: Unas curiosas orejitas peludas y picudas (según lo poco que se alcanzaba a notar por la filtración de la luz callejera por la ventana), se asomaban por sobre el sofá más alejado de su vista. Se movían intentando reconocer algún sonido como respiraciones o pasos, pero sus movimientos eran torpes, por lo que no parecía percatarse de nada.

Contuvo la respiración y se quedó quieto en su lugar, sin moverse un centímetro. Aquellas orejas que pertenecían a su mascota, intentaban encontrarlo con el sentido del oído, pero él odiaba ser recibido por ella. No quería que le escuchara, no aún.

Las pequeñas orejillas comenzaban a moverse intentando una vez más encontrar algún sonido, pero el silencio era tal que al parecer no lograba escuchar nada. Se agacharon un poco a modo de rendición.

Sus ojos acostumbrados solo un poco a la habitación, notaron una intensa mirada brillante  acechar sus ligeros movimientos por encima del sofá más alejado de él, como el balancearse hacia los lados por no poder mantener la postura de los pies juntos y quietos en un solo lugar.

Por el reflejo de las lámparas de luz callejera, notó como algo detrás de ese par de ojos intensos se levantaba como una serpiente hipnotizada. Aquella larga extremidad se movió hacia los lados en señal de ataqué y salió disparado en su dirección mostrando filosos colmillos como si este fuera a morder.

Del susto, prendió la pequeña lámpara más cercana antes de que su mascota impactara con su cuerpo.

—¡Gato! — Gruño Jake al sentir las uñas del nada pequeño felino sobre su espalda.

—¡¡Jake!! Llegaste. — El pequeño felino se aferró a su espalda y luego subió ambos brazos, dejándose colgar sobre el cuello de su dueño. La larga cola algo esponjada por la excitación producida, se enrollo en la cintura de Jake, pegando así sus cuerpos. —Pero, no me llames gato, Jake. Suena cruel. — Lloriqueo. — Dime Jinxxy Kitty. Suena mucho más lindo y adorable. Soy tu novio también, no tienes que tratarme como una mascota siempre. Soy especial ¿Recuerdas? — Comenzó a ronronear y sus afilados colmillos se asomaron por el borde de sus labios al querer formar un puchero. A Jake solo le parecieron sexys. — Vamos quita esa cara de haber chupado un limón. ¿Una sonrisita para mí?

Jake sonrió de lado de manera forzada y se deshizo del abrazo empalagoso de Jinxx para poder respirar con normalidad, soltando así, el aire que apenas había recordado tenía retenido en sus pulmones.

El minino gruño al sentir la agresividad de Jake al quitárselo de encima y su cola se erizó para luego lamerse dos de sus dedos, dejando pasar el brillo agresivo que se acumulaba en sus ojos.

—¿Comías? — Preguntó Jake al notar aquella acción familiar.

—Algo así.

Jake se acercó a él y le acarició el cabello sintiendo como sus pequeñas orejitas peludas y grisáceas, bajaban torpemente para facilitar el contacto. El ronroneo que comenzó siendo solo pausado y sordo, atrapó los sentidos de Jake, haciendo que este atrapara a Jinxx de nuevo con una mano en su cintura, pero no se permitió que la peluda colita se enrollara de nuevo a su cuerpo. Lo jaló hacia él y cayeron juntos al sofá recostados uno sobre el otro.

El cascabel en el cuello de su mascota, no dejaba de sonar, pues Jinxx no dejaba de moverse, intentando encontrar una postura más cómoda sobre su pecho. Aquella cola serpenteo subiendo por el brazo que le sujetaba por la cintura y terminó acariciando así, el hombro de quien le sostenía y rozó su cuello con suavidad. Meciéndose con cariño, Jinxx frotaba su entrepierna con el muslo de Jake, intensificando el ronroneo. No era en plan de juego sexual, pero era una clara muestra de afecto y de que le había extrañado durante el día.

Jake había estado fuera de casa durante toda la mañana y tarde, incluso parte de la noche y eso lograba poner a Jinxx de muy mal humor. El minino se molestaba por quedarse solo en casa como una simple mascota encerrada, cuando sabía que era el novio de Jake y tenía derecho de salir con él a la calle. Y el maldito problema eran sus orejitas gatunas puntiagudas y su colita peluda.

A pesar de que solo contaba con unas orejas, una cola algo larga y unas uñas afiladas, Jinxx tenía ciertos comportamientos nada humanos como el tomar leche en exceso, lamerse los dedos con concentración y euforia. Lograba salirse por algún lado y trepaba los edificios quedándose a altas horas de la noche mirando la luna y sintiendo el aire fresco en la cara. Eh ahí la razón por la que Jake le encerraba siempre que salía.

Jinxx soltaba gruñidos al momento del escuchar como candados eran puestos como si fuera un secuestro, pero estaba consciente de que había acabado con la paciencia de Jake al no regresar cuando le llamaba por ser muy noche; y es que él amaba salir, estar afuera, por lo que siempre ignoraba los llamados de su dueño y novio. Además, estaba el hecho de que aprovechaba las noches, en el día no podía pasearse con una cola y unas orejas por la calle, sabía lo peligroso que podía llegar a ser. Laboratorios, jeringas, experimentos, análisis y demás cosas se le pasaron por la cabeza al pensar de nuevo en todo lo que pasaría si alguien le descubriese. Por un lado agradecía a Jake que se preocupaba bastante por ocultar su forma híbrida.

Mientras Jinxx fruncía el ceño y gruñía molesto por los pensamientos vagos en su mente, Jake acariciaba su espalda recordando como llegó con un gato a casa.

Al principio creyó que todo era una broma pesada de su mente por el alcohol ingerido de manera descontrolada. Pero conforme iba dando pasos, podía nota ese cuerpo pequeño, desnudo y frágil ser golpeado por el fuerte viento en la noche. Le notaba temblequear además de soltar unos ruiditos parecidos a los de un gato gruñendo. Estaba hecho un ovillo en la orilla de la carretera. No se distinguía nada más. Su coche estaba justo enfrente de él por lo que intentando acercarse al auto, se acercó más al cuerpo.

En cuanto se agachó para observarle mejor, notó aquella extraña extremidad que salía del final de su espalda baja y esas orejitas de gato que se movían al llegar a ellos algún sonido bastante fuerte. Parecía estar inconsciente aunque solo soltaba gruñidos parecidos a los de un gato enfadado. De un momento a otro y por la ingesta de alcohol que le hacía delirar (lo aseguraba), decidió llevarlo a casa y curarle; no pretendía dejarle morir de frío.

Creyendo que solo iba a curarlo y luego le dejaría ir, lo subió a su auto y lo tapó con su chaqueta bastante caliente por el calor que su cuerpo emitía. Encendió el auto y la calefacción, haciendo que las salidas del aire caliente, apuntaran solo hacia la parte trasera y sin pensárselo de nuevo, lo llevó a su casa.

Unas cinco horas más tarde, estaba correteando tras él pues había tomado una de sus guitarras sin pensarlo y con aquellas pequeñas pero filosas garritas, rasgueó curioseando, consiguiendo así cortar cuatro de las seis cuerdas. Quería matarlo, pero era más ágil que él. Jaló su cola para atraparlo y aquella extraña criatura soltó un débil sollozo. Jake creyó que se echaría a llorar, por lo que volvió a tirar de su cola esperando mil lagrimas sin freno como castigo de su importunes. Sin embargo esta vez la reacción no la esperaba. Gruñó de tal manera que su cola se esponjó tan impresionantemente que le hizo saber que estaba realmente molesto. Nunca jalarle la cola a un gato se agregaba a su lista de cosa que no debía hacer jamás.

Unas doce horas más tarde, estaba mirándole comerse un plato lleno de pollo rostizado que había guardado en el refrigerador y que había tomado sin preguntárselo. Le miraba desde la puerta y él ni se inmutaba, comía y seguía comiendo sin parar, lamiéndose los dedos y atacando hasta los huesos.

Unas veinticuatro horas más tarde, estaba echado en su cama, ronroneando y acariciándole la mano con su cola en señal de agradecimiento. Su nombre era Jinxx.

Sacudió la cabeza dejando sus pensamientos de lado y concentrándose en el cascabel que colgaba del cuello de su mascota notó que sonaba demasiado fuerte dentro de su cabeza. Lo atrapo con una mano y luego lo soltó haciendo que este se mantuviera quieto y sin moverse, besó la frente de Jinxx y con su dedo índice ayudado del pulgar, comenzó un golpeteo constante haciendo que este sonada más fuerte. Cerró los ojos y se concentró en el ruido bastante conocido para sus oídos. Soltó un gimoteo y el ronroneo que comenzaba a ser audible, se volvía más intenso con cada golpe.

Jinxx era tan sensitivo que lograba ponerse cachondo con un poco de cascabel y caricias en la curva baja de su espalda, sin embargo, Jake no tenía muchas ganas de hacer algo con él. Quería un poco de sus guitarras.

—Bien, basta. — Sujetó de nuevo el cascabel para que dejara de sonar, y lo besó en la sien mientras Jinxx bajaba los brazos acariciándole el pecho.

—Te extrañé. — Murmuró mirando sus pequeñas uñas largas y muy bien cuidadas. — Es aburrido estar sin ti, quiero saaliiiir. — Sus orejas cayeron notoriamente.

—Hey, eso ya lo hemos hablado. — Dijo Jake con voz dura. — Eres un híbrido de gato, no puedes pasearte ni fingir que esa cola y esas orejas no existen. Estoy cansado de repetirlo, lo sabes.

—Sí, lo sé. Lo siento.

—Basta de eso. ¿Pero sabes qué?

—¿Galletas de atún? Sí, siempre me compras galletas de atún. —Soltó con un tono aburrido en su voz.

—¡Que poco considerado minino, ¿sabes en que maldito lugar encuentro estas porquerías?! — Preguntó sin ningún reparo en su voz, estaba siendo duro, pero solo esa era la forma de hablarle si no quería terminar con un gato molesto en la casa, arañando sus cortinas por venganza. Jinxx negó con la cabeza. — Pues tendrás que saber, que debo pedirlas especiales ¡especiales! ¡Porque a ningún chef se le han ocurrido deliciosas galletas con atún especial! Y como para que las traiga y el nene diga no y las tire a la basura... ¡Especiales, Jinxx! ¿Y tienes idea del por qué? Comida de gato, nunca te daría.

—¡Pues yo no te pido esas estúpidas galletas, no tienes que traerme malditos premios! — Respondió mostrando sus colmillos afilados y su cola se erizó totalmente curveándose hacia abajo. Al igual que su cola, su espalda se encorvó y sus ojos brillaron furiosos. — ¡Deja de darme cosas por lástima!

Le arrebató la bolsa de galletas que tenía Jake en la mano y comenzó a comer sin pensárselo y sin dejar su lugar en el pecho de su dueño.

—Mucho mejor.

—Cállate.

Su semblante cambió notoriamente. Se veía gustoso de las galletas en su boca comiendo con ganas cada una mientras su cola regresaba a la normalidad y comenzaba a agitarse a los lados como normalmente lo hacía cuando estaba feliz.

Jake le tomó la cintura con ambas manos y lo acomodó mejor a su lado, para luego encender el televisor. Su mano comenzó a acariciar la zona baja de la espalda de su mascota, haciendo que las nada prominentes caderas de su novio comenzaran a elevarse buscando más contacto en esa zona bastante estimulante para él. Jinxx movía la cabeza, arrastrándola de manera afectiva hacia el pecho de su dueño mientras saboreaba las galletas de atún en su boca.

—¿Qué has hecho hoy? — Le preguntó Jake rompiendo el silencio entre ambos, mientras veía como se lamia los dedos con insistencia y metía la mano en la bolsa por otra galleta.

—Mirar por la ventana. — Respondió Jinxx con algo de melancolía mientras metía la mano a la bolsa por otra galleta evitando el contacto visual.

—¿Mira por la ventana? ¿Eso es todo? — Él asintió. — Oh vamos, estoy seguro de que encontraste algo para jugar.

—Nop, nada, dormí casi todo el día y luego vi que estaba por llover, ya sabes, así que tomé mi banquito y me senté en la ventana mirando llover, esperando a que llegaras.

—Lamento tardar.

—Lo entiendo, está bien, yo no sé de esas cosas.

Jake estiró la mano apagando la lámpara que había encendido tras su llegada. Los ojos azules de Jinxx se abrieron completamente y el brillo en ellos como luz de neón llamó la atención de su novio. Eso solo le parecía sexy.

—Prometo traer algo para que juegues.

—Quiero jugar contigo.

—Entonces jugaremos los dos, gatito. — Pasó sus dedos por detrás de aquella oreja peluda. Jinxx levantó el rostro ladeándolo dando paso libre que le acariciara. Enseguida bajó los dedos a  la barbilla de su novio y debajo de ella comenzó a rosarle levemente con los dedos logrando el mismo resultado.

Él ronroneo con ganas y se hizo un ovillo a mi lado mientras saboreaba otra galleta.

— —

—Cualquier duda que tenga, puede dirigirse directamente a mí. Estoy para servirle en toooooodo. — Le miró con una ceja alzada. Más que aconsejarle por los artículos que se le aparecieran enfrente, sentía que ese chico estaba coqueteándole. No, no.

—No, gracias.

—¿Buscas algún juguete… para tu gato? — Intentó de nuevo peguntando al ver que el otro veía los artículos para gatos.

—Sí. — Respondió Jake frio creyendo que no necesitaría la ayuda del dependiente, sin embargo después de cinco minutos se volvió hacia el chico que le seguía mirando con una sonrisa en el rostro algo ansioso. — Quiero un juguete para mi gato…— Dijo y miró al chico— Vamos, muévete. Estoy seguro que tienes algo nuevo por aquí. — El otro asintió y corrió a tomar algo que Jake no alcanzó a notar al instante.

Rápidamente lo levantó cerca de su rostro para que pudiera mirarlo de cerca. Cascabeles. Le gustaba ese sonido, solo si provenía de dicho collar que tenía una J escita en rojo y que se encontraba justo en el collar su mascota. Negó con la cabeza y el dependiente asintió de nuevo, buscando alguna otra cosa más.

—¿Y que le parece este? — El dependiente de la tienda, levantó el objeto con diversos cascabeles y peluches saliendo por todos lados. Era terriblemente adorable, si lo considerabas para un gato y no para una persona. — En un artículo muy bueno, puede entretener a su mascota durante horas, y jamás de aburrirá. Además el material con el que está fabricado, es resistente a las garras y colmillos de los mininos, no se destruye fácilmente.

—Escuche, quiero algo que, estimule a mi gato pero que pueda involucrarme a mi ¿entiende? que le tenga feliz, que… — Se quedó callado.

¿Qué se supone que iba a conseguir en una tienda de mascotas? Resopló y salió de la tienda dejando al chico con unas palabras en la boca. Pero no se rindió para nada. Apenas había dado un par de pasos afuera del local, el dependiente (demasiado joven por cierto) salió corriendo tras él y se le puso enfrente impidiéndole el que pudiera caminar. Jake resopló molesto y contó mentalmente para no darle un puñetazo en el rostro.

—Espera, espera. Además —el chico traía un cojín con ambas manos y se lo mostró muy de cerca. Casi le golpeaba con él en la cara—, trae de regalo este cojín y mi número de teléfono.

—No quiero tu número de teléfono. Quítate antes de que te quite a la fuerza.

Aquel chico arrugó su cara asustado y se quitó de su camino solo para gritarle algo que no alcanzó a escuchar muy bien por el ruido de los coches y por los metros de distancia que los separaban. Tampoco es como si le importara demasiado.

Bien, se suponía que no debería estar haciendo eso, se suponía que no debería tener un gato en casa, se suponía que no debería enrollarse con ese gato. Pero ya lo estaba y a él solo le parecía sexy.

Hacía demasiado calor o quizás estaba alucinando, tiró del cuello de su playera y con la mano derecha limpió el sudor de su frente. Caminaba de regreso a su auto, saliendo del centro comercial cuando unas luces neones le llamaron demasiado la atención, se quedó viendo disimuladamente hacia el enorme letrero que claramente parpadeaba y hacia una invitación a entra y comprar todo tipo de objetos que se encontraban ahí.

La saliva que estaba en su boca se secó totalmente y sus ojos se abrieron enormemente con ilusión como si del diamante más precioso se tratara. Sus labios permanecieron fuertemente apretados en una línea, para luego soltarse, hacer un pequeño chasquido y tomar su chaqueta para ponerla sobre su cabeza, cubriéndolo totalmente a falta de un pasamontañas improvisado. Nadie podía saber que Jake Pitts, estaba entrando a una tienda de juguetes, películas y objetos sexuales.

— — —

Entró a casa. De nuevo estaba oscura, y los ojos afilados al final de la escalera, brillaban intensamente. Encendió las luces y los ojos de Jinxx regresaron a su estado normal. Llevaba unos bóxer negros y encima una playera de Jake… nada más. El otro no entendía si pretendía provocarle o sólo tenía calor…

—¿Qué pretendes? — Preguntó Jake.

—¿Qué pretendes tú? — Contraatacó su novio, meneando la cola mientras bajaba saltando cada uno de los escalones.

El minino comenzó a rondar como cazando a su presa y finalmente se acercó a su novio. Posó sus labios sobre los de su dueño comenzando a moverlos suavemente. La bolsa negra que Jake tenía en manos, terminó en el suelo y siendo pateada con fuerza para dejar libre la pista.

Sus manos toscas y callosas por las cuerdas de la guitarra, se aferraron a las caderas de Jinxx, sin evitar tocarle un poco más abajo. Sus piernas al descubierto dejándole ver la piel tersa y cálida, le provocó una oleada de calor que se concentró rápidamente en su entrepierna. Sus manos se deslizaron con suavidad desde sus muslos hasta su trasero cubierto por una fina tela color negra.  Apretó con fuerza y al instante sintió unos afilados colmillos aferrarse a su labio con sensualidad. Una de sus manos se posó sobre la entrepierna de Jinxx y acarició esa zona mientras que la otra subía hasta su cintura y apegaba más su cuerpo.

Un gemido salió de los labios de ambos al momento en el que Jake se alejaba de los labios de Jinxx para ahora atacar su cuello con suavidad. Las orejas del pequeño gatito cayeron por la oleada de placer que comenzaba a sentir por todo el cuerpo. Su cola se envolvió en el brazo de Jake impidiéndole cualquier intento de quererse alejar. Los pantalones le apretaban.

El mayor dio el beso por terminado y le soltó como si nada, deshaciéndose del sempiterno agarré de la cola de Jinxx.

—Hola. — Murmuró.

—Te traje galletas de atún. —Dijo Jake sin contestarle el saludo. Extendió la bolsa y Jinxx con la frente arrugada la arrebató de sus manos comenzando a comer con ganas. Estaba molesto. Claro que su dueño y novio había notado el que tuviera una erección, pero a Jake parecía no importarle un poco su necesidad de desfogue. Le ignoró y volvió a tomar la pequeña bolsa negra que traía en manos y que había pateado minutos antes.

—Voy a comer esto con leche. — murmuró, notando que comenzaba a ignorarle.

Su mente no pudo quedarse tranquila con las palabras dichas, mal interpretadas obviamente. Jake se encogió de hombros y le hizo una señal con la mano que fácil se traducía como un ‘vete, déjame solo’ o ‘cállate ya’.

Cuando sus gruñidos y su cola, estuvieron fuera de su vista y oído, subió a la habitación encerrándose, poniendo el pestillo y asegurándola con una silla; Jinxx podía abrir las puertas con las uñas afiladas de sus dedos. Una vez asegurándolo todo, vació sus compras especiales sobre la cama.

* * *

¡Oh! Galletas. — Murmuró excitado. Tomó una con ambas manos y la olisqueó disfrutando el olor a atún que emanaban de ellas. Amaba las galletas de atún, eran la cosa más deliciosa que pudiera probar en su vida o al menos eso repetía hasta el cansancio cuando se lamía los dedos con insistencia.

Jake le miraba con seriedad desde el marco de la puerta un tanto aburrido. Jinxx lo ignoraba saboreando las galletas en su lengua. Se le hizo completamente inevitable ponerse a ronronear al saborear esa galleta con chopeada con un poco de leche tibia. Jinxx era con las galletas de atún, lo que Jake con sus guitarras. Completamente guales.

Desde que Jake le había llevado consigo, no había día que no le obsequiara galletas de atún, más quizás algún regalo. Sin embargo, los regalos habían cesado completamente, ya no llegaba con nada de eso; solo con una simple bolsa de galletas que no se molestaba en ocultar y le acariciaba mientras él las comía. Luego de eso se cansaba y se iba a tocar guitarra.

Bien había días que en Jake cuando se iba, Jinxx se quedaba en el estudio sobre el sofá fingiendo estar dormido, tirado en poses extremadamente sensuales y mirando mi más preciada guitarra con todo el rencor que podía haber en él.

Recordaba que en más una ocasión, Jinxx había rayado la pintura de sus guitarras con sus garras de pura venganza y coraje al haberlo dejado botado por unas cuantas notas, cuerdas de marca diferente y un nuevo amplificador.

El primer día que ocurrió o más bien, se dio cuenta de todo, Jinxx estaba descansando sobre el sofá hecho un ovillo sintiendo la manta caliente que Jake había puesto sobre él. Minutos antes había sido demasiado dulce y sintió amarle más, sin  embargo, en cuanto entró al estudio y encontró a su guitarra con pequeños rayones a causa de objetos afilados (para ser más precisos, unas garras) y las cuerdas rotas, todo el amor que estaba invadiéndome desapareció por completo en un abrir y cerrar de ojos.

El ruido de la puerta del salón abriéndose de una patada le despertó. Jake estaba hecho una fiera. Se dirigió a él y tiró de su cola con fuerza y maldad cuando notó que Jinxx quiso correr por supervivencia, lastimándole y molestándole así. Jinxx tenía coraje y estaba a nada de llorar, sus ojos estaban aguados y sus labios ligeramente curveados hacia abajo temblequeando débilmente, su cola estaba caída al igual que sus orejas al escuchar el regaño que Jake estaba dándole a gritos.

Aunque todo cambio en cuanto Jake mencionó lo caro que era la pintura y las cuerdas  de dicha guitarra. Jinxx comenzó a gritarle mil razones, se molestó cambiando radicalmente su semblante y se puso rojo del coraje.

Pero a pesar de eso, no era la primera vez que golpeaba sus guitarras o rompía las cuerdas. Siempre la tiraba ‘sin querer’ cuando Jake la llevaba a la habitación y la ponía sobre la cama. Jinxx siempre se echaba junto a ella por casualidad y haciéndose el dormido la pateaba haciéndola mallugar con cada golpe contra el suelo. Odiaba que “esas cosas” le llamaran más la atención a Jake, que él mismo, por lo que siempre intentaba insinuarse, lamer sus dedos cuando comía, arrastrarse por su cuerpo como gatito inocente o usar poca ropa (justo como ahora), pero eso solo provocaba el regañarle pues cogía resfriados, muy seguidos y Jake no tenía ni puta idea de que hacer en esos casos.

Jinxx no se había percatado de la ausencia de Jake en la cocina esta vez. Estaba demasiado concentrado en su aperitivo que apenas y puso atención a los sonidos que se escuchaban de la parte de arriba. Nada era fuera de lo normal hasta que escucho una maldición murmurada.

Sus orejas peludas se agitaron al escuchar la casi inaudible voz y su mirada se dirigió hacia el techo.  Lamió sus dedos sin apartar la mirada y enseguida escuchó otro ruido más. Su ceño se frunció y tomó la última galleta que quedaba en la bolsa, devorándola a dos mordidas y tomándose la leche sobrante de un sorbo.

Se dirigió hacia las escaleras una vez terminada su ‘cena’ y miró hacia arriba buscando algún ruido, pero no escuchaba nada. Odiaba eso. Jake sabía que Jinxx, gracias a esas picudas y peludas orejas grisáceas podía escuchar bastante bien, por lo que trataba de hacer el menor ruido posible, aunque no siempre le funcionaba. Más sin embargo, últimamente le había tomado más experiencia, por lo que siempre pasaba desapercibido para Jinxx.

Iba a girarse cuando un ruido demasiado fuerte le hizo agitarse y soltar un gruñido mostrando los colmillos y su la larga cola se esponjó. Subió corriendo las escaleras y llegó a la puerta de su habitación. La abrió rápidamente imaginando que encontraría a Jake de manera infraganti, pero no vio a nadie. Se encogió de hombros y caminó hacia el baño, buscando a Jake con la mirada, pero no estaba. La luz del baño estaba encendida y la puerta estaba abierta de par en par, lo que confirmaba que su novio y dueño había pasado su trasero por ahí unos minutos antes y no había apagado la luz, así mismo la tapa del retrete estaba abierta y la toalla de manos tirada justo en medio del umbral de la puerta. Algo le decía que Jake había salido corriendo.

Una nueva maldición le hizo girarse sobre sus talones y posar la mirada sobre la puerta del estudio de Jake, de donde le tenía vetado de por vida, desde que pasó las garras por varias de sus guitarras. Pero siempre ignoraba esa advertencia.

Sonrió ante el recuerdo y caminó hacia el estudio, poniendo atención a los sonidos que escuchaba. Sus orejas se movían como antenas ante el sonido de una botella abriéndose y derramando líquido. Las respiraciones entrecortadas de Jake y el sonido agitado de su silla especial para tocar, le causaron curiosidad.

Abrió la puerta con fuerza, haciendo que esta se azotara contra la pared detrás de ella. Jake no se movió ni un centímetro de su silla.

Jake estaba completamente embobado limpiando sus guitaras con cariño. Giró el rostro y miró a Jinxx por el rabillo del ojo para luego seguir en lo suyo como si nadie hubiera entrado en la habitación. Algo quemó en el estómago del minino.

—¿Puedo saber, que estás haciendo? — Preguntó Jinxx con cierta infantilidad mientras daba unos pasitos pequeños y se estiraba alzando los brazos. Provocando.

—No, no puedes. — Jake siguió en lo suyo ignorando el que aquel minino se estuviera estirando de manera provocativa, alzando el trasero y subiendo su camiseta sin querer. No le llamaba la atención.

Como respuesta a la poca atención que Jake le prestaba, decidió echarse en el sofá que estaba enfrente de las guitarras más preciadas de su novio y las miró con recelo. Gruñó y su cola se erizó.

Mordió una de sus garras y comenzó a ronronear intentando llamar la atención de su dueño, pero parecía no hacerle caso. No hasta que pareció estimular sus sentidos. El ronroneo de Jinxx lograba poner nervioso a Jake de cualquier forma. Sonrió al darse cuenta de lo nervioso que se había puesto su novio y lo intensificó con malicia.

La guitarra que entonces estaba sobre sus muslos, fue colocada en un estuche que yacía abierto a los pies de Jake. La acomodó con cariño y lo cerró, acomodando el estuche junto a todos los demás.

—¿Y?... — musitó Jake quedito. La cola de Jinxx se movió a los lados.

—¿Qué?

—¿Qué pretendes? — Atacó Jake a su novio con obviedad. Estaba intentando llamar su atención, especialmente ¿para qué?

—¿Yooooooo? — Jinxx se removió en el sofá quedando boca arriba e incitó a Jake a acercarse a él para que le acariciara un poco. Jake pasó de él. — Jake.

—Estoy cansado para jugar contigo, mañana quizás.

La cola de aquel gato en la habitación se erizó de manera molesta y grotesca.

—¿Mañana? Mañana te irás de nuevo y me dejaras solo.

—¿Estás repelándome?

—Para nada. — Negó con la cola. — ¡Creo que es injusto! — Gritó justo cuando Jake parecía querer salir de la habitación.

—¿Qué?

—¡Me molestas! Nunca me pones atención, además de dejarme encerrado. ¡No soy una mascota solamente! Si salir a la calle significa arriesgarme a laboratorios, lo haré. Estoy cansado de estar aquí, no me tocas ni me tratas como tu novio, solo como una mascota molesta a la cual debes alimentar y ya. ¡Tengo derechos! Ni siquiera juegas conmigo. —Lloriqueó.

Jake se quedó callado un momento, como asimilando las palabras de Jinxx y dio un suspiro mirándole seriamente.

—¿Los gatos tienen derechos?

La cara de Jinxx se descompuso notoriamente. Su cola se erizó y gruño mostrando los colmillos. Sin dar muestras de lo que haría, se aventó contra el cuerpo de Jake arañando sus mejillas y brazos en muestra de venganza.

—¡Eres un idiota!

—Vale, solo bromeaba cariño. — Los ojos de Jinxx se iluminaron ante el mote demasiado cariñoso por el que había sido llamado.

—¿Podemos ir a la cama? Por favor.

Jake asintió tomando la mano de su novio, arrastrándolo por todo el pasillo de una manera casi desesperada. Jinxx se mordía el labio de manera ansiosa creyendo que el ronroneo había funcionado de alguna manera. Su cola se meneaba hacia los lados, se erguía orgullosa y estaba ligeramente esponjada a causa de una excitación que comenzaba a recorrerle el cuerpo.

* * *

—¿Quieres dejar de hacer eso? — Murmuró Jinxx con voz bajita sentado con la espalda en el respaldo de la cama y abrazando con fuerza sus piernas pegadas a su pecho. Su cola de agitaba a los lados de manera perezosa y su cara se escondía entre sus piernas de manera deprimente. — No era a lo que me refería cuando dije que viniéramos a la cama.

—Sh, calla. — Mandó Jake.

Ambos estaban echados en la cama. Jinxx demasiado deprimido por el que su noche ansiada se fuera al caño y Jake exageradamente concentrado en la pantalla frente a él, en un canal sobre música. No era nada interesante pero lograba llamarle la atención.

—Jake, es enserio, esto es muy… — Soltó un suspiró y negó con la cabeza abrazándose con más fuerza. Era completamente imposible hablar con Jake.

Aquel respiro abandonado, pareció llamar la atención de Jake, quien aprovechando que aquel programa musical tenía una pequeña pausa comercial, decidió mirar al pequeño gato hecho bolita en su cama.

—¿Qué?

Jinxx negó y hundió su cara contra sus rodillas colocando su cola en su frente para dar ocultar las lágrimas en sus ojos.

—Oh vamos Jinxx, ¿qué sucede contigo?

El mencionado alzó la cara y sonrió de lado. Expulsó el aire en sus pulmones y gateo quedando de espaldas a Jake ignorándolo.

—Te dije que nada. Déjame.

—Jinxx... Jinxxy… ¡Hey! — Jake empujó el colchón con ambos brazos haciendo que este se moviera de manera exagerada. Jinxx gruño erizando la cola. — ¿Vas a enojarte conmigo, gato malcriado? — La respuesta nunca llegó. — ¡Bien! Entonces… Me voy.

Aquellas palabras malditas para Jinxx, retumbaron en la habitación, haciendo eco y enterrándose en lo más hondo de su cabeza. En su mente solo pudieron aparecer palabras que brillaban con letras rojas asustándolo de repente.

Solo, encerrado, aburrido, sin comida, sin jugar, sin atención, sin Jake.

—¿T-te vas? — Pronunció con la voz rota y girando lentamente para ver como su novio se levantaba del filo de la cama y estiraba sus pantalones para sacudir. Sus ojos brillaron intensamente a causa de las gotitas saladas que se acumulaban sin poder contenerse. —¿Por qué?

—Tengo hambre. Voy a cenar en algún lado, algún lugar de comida grasienta, quizás después de eso, vaya a algún bar, no lo sé y no tienes que esperarme hasta tarde cariño.

—Oh… —Murmuró con voz rota—e-está bien. — Jinxx bajo la cabeza a modo de rendición y su labio inferior tembló tanto que un sollozo escapó de sus labios.

Jake le miró desde el marco de la puerta y tomando las llaves que por alguna razón estaban en el piso, se giró con una sonrisa bastante extraña en la cara.

—¿Quieres venir?

Ni siquiera tuvo que volver a repetir la pregunta. Por muy murmuradas que hayan sido las palabras, las picudas y peludas orejas de Jinxx captaron claramente el mensaje haciendo que este brincara de la cama tan emocionado tomando unos pantalones cualquiera y saliera corriendo de la habitación, saltando los escalones deprisa. Tomó la chaqueta que estaba en el perchero y abrió la puerta principal de la casa para echar a correr hacia el auto negro que estaba estacionado justo enfrente. Jake, quien seguía parado en medio de la habitación, solo se tocó la sien, un poco nervioso y deseando que nada fuera de lo común ocurriera.

Con calma se tomó su tiempo para tomar su chaqueta, bajar tranquilamente las escaleras y cerrar la puerta con cuidado, haciendo todo a paso lento. Jinxx corría alrededor del auto mirándolo y tocándolo como si nunca antes lo hubiera hecho.

El seguro de las puertas fue retirado y Jinxx se apresuró a meterse dentro del auto olisqueándolo y ronroneando fuertemente acariciando los asientos de piel color negro. El olor del material era fuerte y se vio envuelto en una excitación mental que fácil podía acabar en un orgasmo psicológico. Se comenzaba a sentir bastante extasiado.

Jake arrancó el auto y comenzó a manejar hacia alguna dirección, mientras que Jinxx soltaba grititos de emoción, mordía sus largas uñas y sacaba la cabeza por la ventana sintiendo el aire pegarle fuertemente en la dermis de la cara.

—Jinxx, mete la cabeza.

—¿Qué es eso? —Señaló Jinxx un enorme pez  sonriendo y señalando con su aleta la entrada de un edificio bastante grande. — Se ve interesante.

—Es el acuario. No vamos a ir.

—Pero…

—¡Hey! Escucha, sales con mis reglas así que, debes esconder esa cola debajo de esta chaqueta— Dijo Jake pasándole a su mascota, su chaqueta que por ser Jinxx bastante pequeño, le quedaba algo grande, logrando cubrir parte de sus muslos ocultando así la cola peluda que se meneaba con libertad.

—Oh, sí, sí, está bien. Lo haré.

—Ponte esto también. — Un gorrito de tela era examinado con curiosidad por unas manitas blancas pequeñas y unos ojos azules brillantes en la oscuridad. — Solo póntelo, no me importa si no pega para nada con la chaqueta.

—Sí, está bien… Uhm.— Con la mirada aún clavada en aquel pedazo de tela, Jinxx pensaba con una interrogante que flotaba sobre su frente.

—Va en la cabeza, sobre tus orejas. Tápalas con esto. — Una mano soltó el volante y casi con desesperación colocó el gorrito sobre la cabeza de Jinxx tapándole los ojos por equivocación. — Mierda. Componlo, vamos, no es complicado por dios.

—Ya, vale, ya está. ¿Y a donde vamos? — Preguntó Jinxx con ambas orejas dejándose notar nuevamente y su cola saliendo debajo de la larga chaqueta.

—Oh, ¿quieres pizza?

—Sí, se me antoja. ¡Se me antoja! — Gritó entusiasmado el pequeño minino aplaudiendo con gracia y moviendo la cabeza hacia los lados. Su cola se agitaba y golpeaba el brazo de Jake que estaba a su alcance y sus orejitas se movían escuchando el interminable ruido de la ciudad. —Pizza, pizza, pizza, pizza con queso, pizza con salsa, pizza con pepperoni,  pizza con salami, pizza con cátsup. Pizza, pizza, pizza.

—Jinxx escucha, tu cola — Tomó con algo de brusquedad la cola de su novio—, debe ir dentro de la chaqueta. — Con la misma rudeza la metió debajo de la chaqueta y golpeó el hombro de Jinxx con advertencia. — Y este gorrito, tiene que taparte las orejas, no dejar que salgan al descubierto.

—¡Oh! Sí, sí. — Con cuidado, colocó sus pequeñas orejitas dentro del gorrito de tela dándole un aspecto bastante infantil. — Listo, ya está.

—Bien. Es aquí. Por favor no corras cuando… Entres.

Jake apagó el motor del auto y bajó a toda prisa detrás de un Jinxx que había salido corriendo nada más de saber que habían llegado. En cuanto entró al lugar, notó que estaba demasiado lleno y nota oleada de pánico le inundó momentáneamente.

Se acercó a paso lento hacia el pequeño gato y le apretó la cola suavemente por encima de la chaqueta, en forma de reprimenda, pero su novio y mascota estaba tan emocionado platicando con el cajero que pasó del apretón en su colita y siguió hablando de temas tribales que claramente le hacían parecer un rarito ante el chico de uniforme que parecía importarle poco lo que le decía y solo movía la cabeza asintiendo y negando.

—Sí bueno, —Interrumpió el mayor importándole poco sonar un tanto celoso y la mirada de fastidio que le dirigió Jinxx. — queremos una pizza de pepperoni.

—¡Hawaiana! — Gritó el minino sonando definitivamente como un gato molesto.

—Hawaiana. Y ya. — Dejó el billete de veinte euros y caminó jalando a Jinxx del brazo quien al verse jalado, se giró y se despidió con una simple agitación de mano del cajero.

Eligiendo que la mesa más alejada era perfecta Jake casi empujó a Jinxx contra la silla y con la cara roja de coraje, le dio un tirón al poco cabello que salía del gorrito de tela.

—¡Auch! ¿Qué sucede contigo? — Preguntó Jinxx sobándose la raíz de sus cabellos con la palma de la mano por sobre el gorrito.

—¿A mí? Escúchame animal—Dijo seguro de que el llamar animal a Jinxx no era una falta de respeto—, no hagas lo que acabas de hacer ¡es patético! Completamente raro, compórtate por dios, no voy a volver a sacarte jamás si te comportas como un malcriado. —Las orejitas peludas del minino dentro del gorrito de tela cayeron y asintió demasiado sentido por el regaño resiente. — Excelente. Ahora, voy por la pizza y quédate aquí. ¡Por favor no te muevas!

—Sí, sí, aquí me quedo Jake. — Golpeó el asiento dándole asertividad al comentario. — No me moveré.

—Bien.

En cuanto Jake se dio la vuelta, colores llamativos y gritos de diversión captaron los sentidos de un Jinxx curioso. Sus ojos fascinados y sus orejas como antenas, le incitaron a levantarse de su lugar y correr hacia un área llamativa y bastante grande. Niños correteaban por todos lados, nadaban en la piscina de pelotas y se deslizaban por un tobogán bastante alto, gritando y sonriendo descalzos.

La curiosidad definitivamente mató al gato.

* * *

Jake, con el ceño fruncido miraba su Iphone en los mensajes. Estaba concentrado escribiendo uno cuando escuchó unos murmuros bastante fuertes. Creyendo que era cualquier barullo callejero, ignoró la sarta de insultos (no bastante crueles) que eran dichos. Los niños salían del área de juegos y los padres de estos se mostraban molestos ante cualquier cosa que estuviera pasando.

Ignoraba todo lo que tenía que ver con ello, hasta que un chico, del personal de la pizzería gritó. Sus manos apretaron fuertemente el móvil y su cara se desfiguró del coraje. Pasando de la chica que le entregaba la pizza, caminó con la sangre hirviendo hacia la zona de juegos, donde se escuchaban gritos de diversión bastante conocidos y otros algo molestos.

—Oiga, usted no puede subirse a los juegos infantiles. Me temo que tendré que pedirle que se retire del lugar. — Pidió el chico con desesperación. — ¡Oiga escúcheme! ¡Tiene que bajarse!

Cuando Jake enfocó su mirada solo pudo notar a un chico bastante emocionado dentro del laberinto de cubos de colores. Reía como loco y chillaba de felicidad al ver todos los caminos que se le presentaban en diferentes colores amontonados en algo extremadamente divertido.

—¡Jinxx! — El gritó hizo que los cristales que se encontraran en el lugar vibraran como si un temblor sacudiera el local. El aludido giró el rostro buscando al dueño de la voz y no descifrando que Jake estaba molesto, le miró con una sonrisa y saludo con la mano desde la parte de arriba como un niño que saluda a sus padres desde el carrusel. Eso solo molestó más a Jake.  — ¡Jinxx, pedazo de idiota, bájate de ahí!

—¡Sí! Por el tobogán, sí, sí. ¡Jake! Tienes que cacharme al final. Ponte, ponte y me agarras.— Jinxx viajó por entre el laberinto de color verde y llegó al principio del tobogán sintiendo pánico al notar la altura, pero demasiado emocionado al ver que Jake le esperaba al final tal y como le había dicho.

—¡¿Qué esperas gatito?! Ven acá Jinxxy. — Murmuró Jake con la voz cargada de sarcasmo, ironía y enojo.

—Sí, ¡ya voy! ¡Cáchame! — Estirando las piernas y dándose impulso, se deslizo con velocidad por el tobogán gritando un “wi” bastante irritante para todos los que lo presenciaron.

En cuando sus pies tocaron el piso. Unas manos bastantes toscas lo tomaron por las axilas, levantándolo con fuerza y de un empujón fuerte tiraron de él hacia la salida de la zona infantil. Jinxx seguía abrumado y contento porque definitivamente se había divertido mucho, pero al girar para decirle a Jake su nuevo descubrimiento, lo encontró con la cara descompuesta de coraje.  

Al instante supo que había algo mal y prefirió callar cuando Jake se despegó un momento de él para arrebatar una caja de pizza que yacía sobre las manos de un señor bastante molesto. Este le dirigió unas palabras a su novio y dueño al parecer nada cordiales, pues Jake mostró el dedo corazón y lo jaló del brazo sacándolo de la pizzería.

Salieron del lugar, vetados de por vida y con una pizza fría.

—Jake.

—Cállate.

—Pero yo…

—¡Que te calles! — Jinxx se quedó callado aguantándose las lágrimas y se abrazó a sí mismo. No porque tuviera frio, sino más bien porque de nuevo sintió el vacío y la tristeza. Jake se pasó una mano por el cabello y aventó la pizza a la parte trasera del auto. — Maldita sea, Jinxx. — Se giró y tomó del brazo a su novio quien al sentir la presión mostró sus colmillos y su cola que había estado escondida se erizó hacia abajo, saliendo de su guarida. — No me muestres los colmillos, gato. Te dije ¡Te lo dije! ¿Tanto te costaba quedarte sentado en un maldito lugar?

—Lo siento, yo no…

—¡Cállate! No vas a volver a salir y fin de la historia. — Jinxx asintió y Jake apuntó el auto para que subiera.

* * *

Había sido un tormentoso regreso a casa. Jinxx llorando desconsoladamente soltando gruñidos, lamentos y sollozos. Su cola cubría las manos que tapaban sus ojos y su cara estaba entre sus piernas, enterrada. En cuanto Jake estacionó el auto, Jinxx bajó corriendo encerrándose de prisa en la habitación ignorando los toques en la puerta insistentes.

Usando la llave de repuesto, y habiendo esperado alrededor de un par de horas Jake logró entrar a la habitación haciendo el menor ruido posible, notando que Jinxx se había quedado dormido sobre su lado de la cama, acurrucado. No había ropa en  absoluto, solo un pequeño bóxer que tapaba su entrepierna lo suficiente y una ancha cinta negra de cuero atada alrededor de su cuello..

Admiró la cola peluda que delineaba el contorno de la figura de Jinxx, arropándolo por las piernas y llegando hasta casi su rostro. Las orejitas se movían captando ruidos, sin embargo el minino dormía tan plácidamente que parecía ignorar todos los sonidos externos.

Su cuerpo tan blanco como el papel encajaba perfecto con el grisáceo de sus orejas y cola. Inconscientemente, pasó una mano por toda la espalda desnuda de Jinxx haciendo que por instinto levantara la cabeza, asustándose al mirar a Jake tan cerca de él.

—Hey, hey, tranquilo, respira. Mira— Jake habló despacio y tomó un pequeño plato caracterizado de gato lleno de galletas de atún—, te traje galletas.

—Jake, lo siento por lo de…

—Sh, ya está. Me molesté lo sé, pero sabes que no puedes estar con tanta confianza en la calle. Estabas completamente ido, tu cola pudo haber salido de la chaqueta, el gorrito pudo haberse caído. Por dios, no. Jinxx— Tomó la cara de Jinxx entre sus manos y a causa de la falta de luz en la habitación, los ojos azules brillaron intensamente—, sabes que lo que menos quiero es que alguien te vea.

—Lo siento. Lo siento tanto. — Jinxx saltó al regazo de su novio y juntó sus labios en un tierno beso que no consistió en nada más que en una simple presión.

Jake tomó la nuca de Jinxx y ladeo la cabeza convirtiéndolo todo de un beso pequeño y casto a uno demasiado húmedo y necesitado de contacto. Con cuidado tomó un cojín y con cuidado de no aplastar la cola de Jinxx, lo acomodó de manera en que esta quedara libre moviéndose hacia todos lados como una serpiente hipnotizada.

La playera comenzó a acalórale de manera sofocante, tiró de ella sacándola del torso de su cuerpo con desesperación y atacó el pecho desnudo de Jinxx. Lamió la clavícula marcada y dejó un par de besos debajo de ella llegando a sus pezones. Mordisqueo y acarició con la punta de la lengua, rozando y succionando la piel blanca a su paso.

Una mano tiró de los bóxers de Jinxx hacia abajo, dejando libre su miembro semi despierto. Jake con una mano rápido, separó las piernas de su novio y se posó entre ellas acariciando el miembro con descaro y bajando la mano rozando aquella abertura que tanto le llamaba la atención, mientras que sus labios atacaban el cuello delgado y delicado.

—Uhm. Quiero, quiero. Juega conmigo Jake— murmuró Jinxx abriendo más las piernas y tomando por los hombros a Jake arañando su piel al descubierto. Acarició sus brazos y tomó una de sus manos llevándosela hacia los labios besando, lamiendo y ensalivando excesivamente los dedos de aquella mano bastante atractiva y ruda.

Los dedos húmedos comenzaron a descender por su pecho, pasando por su abdomen y perdiéndose entre sus piernas donde comenzaron a hurgar su entrada. Jinxx ahogó un gemido y alzó las caderas en cuanto sintió entrar un dedo con facilidad y acariciar sus paredes internas.

—Eso, así. — Jake le acarició con frenesí, viendo como se removía por más contacto y aumentó un dedo más.

Los dedos que hurgaban en su interior le hacían querer saltar sobre algo. Su cola se enrolló en su cintura y sus dedos eran mordisqueados con fuerza. Las corrientes eléctricas que recorrían toda su columna le hacían soltar jadeos. Su trasero se movía y sus piernas se abrían buscando algo más grande que unos simples dedos. Jake acarició con la yema de sus dedos la próstata de Jinxx haciendo que soltara un grito y comenzara a gemir ruidosamente.

Sacó los dedos del cuerpo de Jinxx con cuidado y besó su mandíbula con cariño. Se levantó de la cama y caminó hacia la cómoda en donde había guardado las compras que había hecho en la vergonzosa tienda de sexo que había encontrado.

—Bien cariño. ¿Querías jugar conmigo? Pues vamos a jugar.

De la pequeña bolsa aterciopelada que colgaba de sus manos extrajo un pequeño cono. La idea brilló en su mente desde que lo vio y se acercó a Jinxx quien yacía con los ojos entrecerrado.

Levantó sus piernas colocándola sobre sus hombros y acarició su entrada rodeándola con los dedos. Acercó aquel artefacto e introdujo la punta de este presionando, notando como un agradable ronroneo comenzaba a escucharse en la habitación. Los jadeos de Jinxx eran eróticos y su cintura se agitaba al sentir la presión en el trasero. Jake sonrió notando como entre abría los labios y los humedecía, mientras se tocaba el pecho.

Un botón al aparato y este comenzó a emitir un sonido. Comenzó a vibrar potentemente estimulando a Jinxx haciendo que su cola se esponjara y se desenrollara de su cintura, agitándose a lo largo de la cama.

—Diooosssss. ¡Ah! — Los grititos que salían de su garganta, subían cada vez más de tono, las piernas le temblaban y se contraían intentando cerrarse. El ronroneo que persistía se mezclaba con los gimoteos logrando encender a Jake. —¡Sí! Oh, Jake, Jake, uhm.

Jake con su pelvis aún cubierta por la tela del pantalón, empujaba aquel artefacto y con ambas manos mantenía las piernas de su novio separadas una a cada lado de su cuerpo rodeándolo. La espalda de Jinxx se arqueó y un hilo de saliva se escurrió por la comisura de sus labios. La colita ligeramente erizada se enrolló entorno al brazo de Jake que sujetaba una de sus piernas con fuerza.

—Vamos córrete para mí.

—¡Ah, ah! —Los gemidos eran fuertes, ruidosos y bastante sensuales. Los ojos de Jinxx estaban completamente blancos de la excitación y su cuerpo se sacudió en un espasmo mandándolo cada vez más cerca del orgasmo. — ¡Jake! ¡Por dios, sí!

Jake tomó su miembro y lo sacudió con fuerza  provocando que Jinxx se corriera en su mano soltando un grito de satisfacción, y dejando caer su cuerpo en la cama. El cuerpo de Jinxx dejó de ronronear poco a poco. Jake apagó el artefacto y lo sacó con cuidado de entre las piernas de su novio deshaciéndose del agarré de la colita peluda en su brazo.

—Buen chico. — Murmuró Jake sonriendo.

Notando el bulto en sus aún puestos pantalones, Jake decidió seguir importándole poco lo cansado que el cuerpo de Jinxx estuviera. Tomó de nuevo la bolsa aterciopelada y de ella extrajo un anillo con una forma bastante grotesca. Acarició la entrepierna de Jinxx con delicadeza, incitándolo a levantarse de nuevo y con unas cuantas caricias suaves y eróticas lo logró. Con aquel objeto rodeo el miembro de Jinxx y procedió a sacar otro objeto de la bolsa aterciopelada.

Se saco los pantalones y los bóxers rápidamente y tomó aquel juguete. Con el pulgar acarició la mandíbula de Jinxx, acarició las mejillas y colocándolo sobre su boca, presionó abriendo sus labios colocando aquella mordaza pequeña con agilidad abrochándola y ajustándola.

—Vamos cariño, todavía falta un poco más. — Tomó el lubricante que había en la bolsa aterciopelada y vació una buena porción sobre la entrada abierta de Jinxx, quien al sentir lo frío del líquido, gimoteo gustoso y abrió las piernas aún más.

Un juguete sexual era tomando en manos de Jake y lo colocó sobre su miembro esperando que realmente funcionara como se lo habían explicado. Tomó las caderas de Jinxx y lo levantó un poco para recargarlo sobre sus muslos. Colocó la punta de su miembro sobre aquella entrada brillosa y presionó lentamente. 

Joder que sí servía.

Tanto Jinxx como Jake soltaron gruñidos bastante abrumados por la excitación. Aquella funda extrañamente parecida a un condón con relieves realmente servía. Jinxx sentía como aquella superficie se deslizaba en su interior. Sus ojos lagrimeaban y sus gimoteos era gritos incoherentes.

—Vamog, mévete, mévete gia. — Habló Jinxx con la mordaza entre sus labios impidiéndole hablar correctamente y salivando de más.

Jake apurado, comenzó a embestir con fuerza, el pequeño cuerpo debilitado y sin fuerza que estaba debajo de él. Besaba sus labios y lamía su cuello dejando marcas difíciles de quitar sobre la piel blancuzca. Acariciaba la cintura de su pareja y le sostenía fuertemente al momento de la penetración.

—Dios, Jinxx, ¿Cómo mierda haces esto? Sigues apretado. Oh.

Jinxx tomó el cuello de su dueño y se colgó de él, tirando de su cuerpo hacia arriba, empujando a Jake contra el colchón logrando quedar montado sobre él. Su cuerpo se agitó fuertemente y los dedos de sus pies se contrajeron al sentir espasmos recorrer su cuerpo. Los calambres en la columna vertebral le hacían estremecerse.

—¡Ah! Jake, mág, sí, sí. Oh Uhgg.

Dando pequeños saltitos, logró hacer que todo el miembro de Jake tocara su próstata haciéndolo perder el control sobre sí mismo. La cola acariciaba las piernas desnudas de Jake al moverse frenéticamente hacia los lados.

El ritmo era controlado por ambos  y al igual que con el primer juguete, el mayor presionó un pequeño botón en el anillo que rodeaba el miembro de Jinxx y este comenzó a vibrar intensamente logrando que el minino dejara de moverse al sentirse completamente debilitado. Soltó un fuerte gemido y dejó caer la cabeza al pecho de Jake. Sus piernas, cada una al lado del cuerpo de su novio temblaban fuertemente a causa de la excitación.

Unas manos fuertes le tomaron de la cintura levantándolo  lo suficiente como para romper la penetración y quitar el artefacto que cumplía la función de una funda sobre el miembro de Jake para luego volver a entrar en contacto con las cálidas paredes internas de Jinxx, que apretaban a cada embestida logrando que el orgasmo comenzara a llegar poco a poco hasta que sin poderse contener, se corrió dentro, dejándolo impregnado completamente.

Jinxx cayó flácido sobre el cuerpo de su novio mientras se corría sobre sus vientres. Jake tomó sus muslos por la parte interna y le levantó suavemente, saliendo de él con cuidado de no lastimarle. Besó su mejilla y le abrazó con fuerza quitandole con suavidad la mordaza de entre sus labios. La mano libre empujaba fuera de la cama todos los juguetes que habían ocupado.

Un leve ronroneo nacía del cuerpo del minino aferrado a su dueño.

—Quiero que juegues más conmigo Jake. — Murmuró el pequeño felino pegado al cuello de su novio dejando pequeños besos mariposa sobre la caliente piel.

Jake sonrió y tomando una rápida nota mental, creyó conveniente volver a pasearse por aquella sex-shop nada discreta.

—Lo haré cariño, lo haré.

2 comentarios:

  1. OH MY FUCKING FEELS. Jinxx así y yo me muero de amor ;-; Fue perfecto, cada escena en mi cabeza. El cómo narras AJKSJKJAJKSJKAS *abraza el one shot*
    Ah, la parte hard me encanta igual xd "La espalda de Jinxx se arqueó y un hilo de saliva se escurrió por la comisura de sus labios" IMAGEN MENTAL FAVORITA POR SIEMPRE ah xDDDD
    Gracias Laura :c Te amo *te abraza fuerte* me encanta, me encanta. Es mi one shot favorito ajksjkajk. *Besito en la frente y sale huyendo*

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    1. ¿Se puede abrazar un one shot? XD Oh, yo sé, yo sé. Me alegra que te haya gustado tanto, como te dije no creí que fuera la gran cosa, pero si a ti te gustó es suficiente ;-; (¿)Hazme un dibujo(?) LO DESEO jsxgdmhjmzfhdsj

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