jueves, 20 de junio de 2013

Engañado.


 Janxx: Jake Pitts & Jinxx Ferguson.


—Oigan…
—Jinxx, guarda silencio —me calló Ashley, Andy estaba dando otros de sus discursos de media hora para cada pregunta, y eso ya me estaba hartando.
Desde siempre él era el que contestaba por todos, como si los demás no tuviéramos que contestar también. No nos molestaba en lo absoluto, sólo que me desesperaba el hecho que Andy hablara hasta por los codos por una pregunta de lo más simple, sacando cosas que ni al caso. Esta entrevista iba a tardar.
Miré a Jake, quien estaba sentado a un lado de mí y puse mi mano encima de su muslo, pude sentir como se estremecía y me miraba por el rabillo del ojo. Le sonreí y pasé mi pequeña lengua por mis labios y al hacer eso, percibí el movimiento de su nuez al tragar saliva. Abrí la palma sobre su pantalón —que era lo que menos quería tocar— completamente, sintiendo como comenzaba a desesperarse. Sonreí en mis adentros, victorioso al conseguir tal reacción de su cuerpo ante el toque de mi mano en su terreno. Me mordí el labio inferior desviando la mirada, observando así a Andy, que seguía parloteando como cotorra y a Ashley y Christian que se mantenían mirando hacia el techo esperando a que Andy se callara, cosa que no sucedería en los próximos diez minutos.
Concentrándome de nuevo en lo que hacía anteriormente, enterré ligeramente las uñas en su pantalón, que de un momento a otro sintiendo como colocaba una mano sobre la mía, se clavaron aún un poco más. «Sí, sí, Jake, tócame», pensé.
El contacto me hizo estremecer, hasta cierto punto. Cuando sentí como tomaba mi muñeca, ligeramente con sus dedos, sentí en mis ojos un rastro de notoria lujuria que comenzaba a salir, pero que enseguida se esfumó al sentir como la apretujaba entre su mano tosca y basta al instante. Comenzó a lastimarme haciendo que encogiera los dedos que se enterraban en su muslo y que de mi boca saliera un quejido lastimero.
—¿Qué mierda crees que haces, pequeño? —preguntó en un susurro para que no nos escucharan, algo que no pasaría ya que Andy, además de hablar mucho hablaba muy fuerte.
—Nada…—respondí con un gesto de dolor en mi cara, y sin importarle eso hizo más fuerte su agarre—. Jake suéltame, me duele…
—No lo haré —dijo firme sin cambiar esa expresión tan seria que lo caracterizaba—. A menos que te estés quieto.
—¿Por qué? No tiene nada de malo, suéltame.
—Te he dicho mil veces que en público no, Jinxx. ¿Qué parte no entiendes? —apretó con más fuerza y yo ahogué un grito de dolor.
—Jake…
—Que no —respondió con un tono frío que me dolió.
Ahora mi mano libre apretaba mi muslo tratando inútilmente de aguantar tal dolor que Jake le provocaba a mi muñeca con saña.
En cuanto me di cuenta ya estaba respirando entrecortadamente, como si hubiera corrido en alguna persecución o algún maratón. De mi boca salían quejidos mezclados con bocanadas de aire que soltaba y tomaba, todo casi al mismo tiempo ahogándome en el proceso desesperado.
—Jake, por favor, me duele —la voz se me quebró al mencionar lo último. Giré la cabeza y vi que desgraciadamente, Andy terminaba de hablar con una sonrisa y un último suspiro para ahora dirigir una mirada rápida pasando por Christian, Ashley… y luego a nosotros dos. Alzó una ceja al notar mi cara. Era digna de foto. Mis dientes apretados y mi cara totalmente contraída de dolor, mientras que la de Jake estaba pacífica, pero con una mirada de terror.
—Uhm —giré ante tal sonido de voz y carraspeó seguido de un toque en mi hombro. Ahora no sólo Andy estaba viéndonos, Ashley, Christian y las personas que se encontraban en el lugar para la entrevista nos veían a ambos con los ojos abiertos. Ah, genial. Sentí como el cuerpo de Jake se tensaba y, no era para menos. Muchos pares de ojos estaban encima de nosotros pendientes a cada una de nuestras reacciones y movimientos. Genial, esto es jodidamente genial, ¿qué tanto miraban? Idiotas.
Jake aflojó poco a poco el agarre soltando al final mi muñeca, una oleada de alivio me recorrió el cuerpo al ya no sentir dolor y aparté mi mano de inmediato de él, masajeando mi muñeca y notando el color rojo que ahora tenía. Quedaría un moretón, un jodido moretón. Aunque bueno, tampoco fuese que me molestara, tenía miles a causa de él, era como su marca personal en mi cuerpo. Y en cierto modo me gustaban, pero la única diferencia es que este era visible a cualquiera.
Toda mi atención estaba dirigida a mi muñeca, realmente dolía demasiado, involuntariamente se me salieron un par de lagrimas de los ojos mientras la masajeaba suavemente.
—Jake, ¿qué mierda le has hecho al pequeño? —habló Ashley en tono fuerte a lado de mí y yo seguí con los ojos húmedos. Andy y Christian fruncieron en ceño mirando a Jake al igual que Ashley, pude darme cuenta que el camarógrafo, el tipo calvo y el otro con gorra igual; apuntando la mirada a Jake.
—No le he hecho nada —respondió seguro, ¿nada? Me has hecho mierda la muñeca maldito orangután.
—No es nada, Ash… —murmuré en voz bajita—. Jake… —Me giré hacia él y me le acerqué para darle un beso, sus ojos se abrieron de una manera que no había visto antes y se recorrió en su asiento alejándose de mí. Vale, eso sí me dolió.
—No vuelvas a hacerlo —susurró contra mi oído y luego se alejo para mirarme—. En televisión de cable no, en radio no, en videos de Internet no. No frente a las cámaras. —Ah pero si será hijo de puta.
—Está bien… Amor —resalté la última palabra haciendo que todos nos escucharan; me estaba metiendo en un lío muy feo.
—¡Jinxx! —replicó al instante. Se inclinó hacia mí, haciéndome estremecer, pegué un bote del lugar en el que estaba y casi con terror me hice hacia atrás.
—Perdóname —murmuré agachando la cabeza y las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos de manera descontrolada mientras que él regresaba a su posición normal.
Escuché un fuerte suspiro de su parte y volvió a recorrerse hasta mi lado. No me tomé la molestia en levantar la mirada así que sólo temblé en mi lugar abrazándome con ambos brazos, limpiándome cualquier rastro de lágrimas.
Sentí su aliento chocar con mi mejilla y me dio un beso rápidamente que apenas y pude sentir.
—Olvídalo —dijo un poco más calmado, limpiándome el rostro con el dorso de la mano. Yo le di la razón y asentí, olvidándolo, o no.
—¿Olvidarlo? ¡Cómo pretendes que lo haga! ¡Casi le arrancas el brazo! —replicó Ashley.
—Bueno ya, no paso nada —dije con una sonrisita tímida, hundiéndome en mi lugar.
—Vale, ya, cállense —habló Christian—. ¿Alguien me pasa el micrófono? —se rascó la nunca mostrando indiferencia e incomodidad.
—No, lo tengo yo —habló Andy, tratando de no prestar mucha atención a lo ocurrido hace apenas unos momentos.
—Siempre lo tienes tú, deja hablar a los demás, joder —se quejó Christian tomando el micrófono de las manos de Andy, quien abrió la boca indignado.
—¡Dámelo! Aún tengo muchas cosas que decir. —Andy tomo el micrófono y ambos empezaron a forcejear por el.
Yo seguía con la mirada baja abrazando mi cuerpo, sin darle bola a ese par de locos peleando por el micrófono, hasta que sentí una mano encima de mi cabeza que empezó a acariciarme el cabello con ternura, alcé la mirada lentamente para encontrarme con Ashley, me sonrió y yo traté de responder la sonrisa levemente.
—Tranquilo, Jinxx —asentí a modo de respuesta.
—Estoy bien… —volví a bajar la mirada y Ashley torció la boca con disgusto.
—Hey, Jake —gritó haciendo que me estremeciera.
—¿Qué…?
—Discúlpate con el pequeño —Jake alzó una ceja y después soltó una leve risa que me hizo enfurecer.
—¿Me estas jodiendo? ¿Por qué tendría que disculparme?
—Por ser tan hijo de puta —Ashley rodeó mis hombros con uno de sus brazos y me pegó a su cuerpo, me sonrojé cuando noté que Jake achinaba los ojos ante aquél acto. Si algo le molestaba a él, era que tocaran lo suyo, y yo era de él—. Quizá por eso.
—Jake, te quiero —murmuré bajo.
—Cállate, cállate —se colocó una mano en la frente—. Aquí no, ¿entiendes?
—Discúlpate con él, ahora.
—Pareces una señora Ashley —rodó los ojos y me volteó a ver.
—No entiendo que tiene de malo —volví a murmurar.
—¡Joder, qué no entiendes cuando digo que te calles! —me gritó. ¡Me gritó!
Andy y Christian dejaron de pelear por el micrófono fijando su mirada en Jake y luego en mí, Ashley miraba furioso a Jake como si lo quisiera ahorcar. Y bueno, los demás estaban de sobra. Gran show estaban dando—. Mierda, Jinxx, yo…—Me solté de nuevo a llorar como fuente, importándome poco si mis berridos eran lo más parecido a una niña a la que le han quitado la chupeta.
Escuché los murmuros lejanos de todos quienes empezaban a discutir con Jake y entre ellos mismos; que por qué me trajeron, que por qué lloro, que por qué soy tan quejica, que por qué siempre Jake me grita. ¡Pero no soy un bebé!
Jake intentó abrazarme para arreglarlo. Sin embargo lo empujé pataleando y rasguñándole los brazos.
—No, no, suéltame.
—Jake… Eres un imbécil —dijo Ashley dejando caer sus brazos en sus muslos.
—Jinxx, no quise…
—¡Te odio! —Me cubrí la cara con ambas manos sin dejar de sollozar—. Te odio, te odio…
—No sabes lo que dices —posó su mano sobre mí hombro e inmediatamente lo aparte de un manotazo—. ¡Jeremy! —No era verdad, ¿me estaba llamando por mi nombre? Sólo lo hacía cuando estaba realmente enojado…
—Bien hecho Jake, muy bien hecho —Ashley rodó los ojos y Jake le frunció el ceño.
Esto era más de lo que podía soportar porque, todo tenía un límite y yo había llegado al mío. Me tallé los ojos quitando todo rastro de lágrimas y arruinando completamente mi maquillaje. Siempre trataba de que fuera perfecto, quizá sí sea como un complejo de diva, pero era para Jake. Para que me viera “bonito” de alguna forma.
Me levanté de mi asiento y las miradas se clavaron en mí, sentí como la mano de Jake me tomó del brazo, pero en un ágil movimiento me deshice de él y salí corriendo con toda la fuerza que me pudieron dar mis piernas hacia mi camerino, dejándolos a todos atrás. Tomé la perilla y la giré adentrándome y azotando la puerta. Allí lloraría lo más que pudiera, y no me interesa si piensan que soy un crío llorón, ¿queda claro? Además, ¿cómo podía ser tan inhumano conmigo? Jake, ¡que te den!
Me recargué en la puerta del camerino deslizándome hacia abajo hasta que mi culo dio con el suelo de golpe. Me dolió, sí, pero no tanto como me dolía el pecho.
—Óyeme —escuché atreves de la puerta la voz de Ashley.
—¿¡Qué!? —contestó Jake molesto. Por mi culpa.
—¡Ves lo que causas! ¡O te disculpas o te meteré la guitarra por el culo! ¿Vale? —Un largo silencio se escuchó. Luego un golpe y luego que algo se rompía—. ¿Entendiste?
De nuevo no escuchaba nada, pero debido a la falta de palabra de Ashley, supuse que había afirmado con la cabeza.
Dos toques en la puerta me hicieron sobresaltarme.
—Jinxx, abre —escuché su cuerpo golpear la puerta, como si se hubiera recargado en ella—. Vale, ya puedes decirme lo que tú quieras, donde quieras, como quieras, yo, lo siento.
—No —me mordí el labio con saña. No pretendía contestarle, no aún. Sorbí mis mocos que estaban casi colgándose por fuera de mis fosas nasales y luego limpie con el dorso mi mano.
—Deja de llorar, por favor —no respondí—. Vamos Jinxx, abre la puerta, dime que es lo que quieres, te lo daré.
—Te quiero a ti —respondí con susurro, pero audible para él.
—Awww —escuché más allá de la puerta.
—Joder, ¡Andy y Christian! ¡¿Qué carajo hacen ahí?! ¡Lárguense! ¡Ahora! —Jake estaba muuuuy enojado—. ¡¡Les patearé el culo!! … Ya, Jinxx…
—¿Qué?
—Abre.
—No quiero.
—Muy bien, escúchame, si no abres esa jodida puerta ahora mismo no vas a poder sentarte en un mes de lo fuerte que te voy a follar, ¡¿has entendido?! —pasé saliva con dificultad por lo que me había dicho, cuando Jake se enojaba y prometía algo, realmente lo cumplía y yo apreciaba el poder sentarme. Me levanté lentamente del suelo con inseguridad, pensando en que me haría en cuanto entrara; quizá me gritaría más de lo que ya lo había hecho, quizá me follaria como lo había dicho, quizá terminaría conmigo… Esperen, ¡¿qué?! ¡No! Eso nunca. Primero haría un gran drama nivel Dios.
Tomé la perilla de la puerta y la giré a la derecha, abriéndola con lentitud, encontrándome con un Jake cruzado de brazos y expresión seria plasmada en el rostro, me puse nervioso al instante y me hice a un lado para dejarlo entrar. Así lo hizo, pasó de largo y yo cerré la puerta tras de él. Tenía miedo, coño.
—Jake, yo…
—No quiero que hagas eso —me interrumpió—. Nunca más, Jinxx. Los chicos saben de lo nuestro, y eso ya es mucho. Ahora los jodidos entrevistadores lo saben también, y los que verán esa entrevista también. En conclusión, todo mundo. —El miedo me recorrió la columna vertebral.
—Po-podemos pedirle que editen la entrevista y así…
—Era una entrevista en vivo, ¿lo sabias? —creo que quería vomitar, no podía ser cierto—. Estamos jodidos ahora, por eso pedí que te comportaras.
—Lo… lo siento yo, no lo sabia… —Jake soltó un gran suspiro y se sentó en el sofá que se encontraba en mi camerino que por cierto era enorme, tuve que pelear a muerte con Andy para conseguirlo pero al final y tras lágrimas falsas, cedió—. Jake…
—Ya, Jinxx, no te lamentes, no podemos hacer nada —bufó y volteó a verme—. Ven.
—¿Q-Qué? —tartamudeé
—Que vengas, te he dicho lo que te iba a hacer. Así que ven.
Tragué saliva escandalosamente mirando hacia todos lados, tratando de evitarlo. No ahora, joder, se supone que después de esta entrevista teníamos un concierto. Un concierto que estaba en pie, no podía cancelarse. Negué con euforia y Jake alzó una ceja mirándome de brazos cruzados.
—Ven —negué de nuevo—. A ver, amorcito —se burló—. No te estoy preguntando, así que vienes aquí o voy hasta donde estás y te la meto por detrás aunque te duela como los mil demonios.
—Te pones burro —suspiré.
—Ya, ¿y? Ven aquí —me acerqué lentamente hasta situarme a su lado con precaución listo para cualquier movimiento en falso. Vi como Jake aún con el cuerpo dirigido hacia otro lugar me lanzaba una mirada y volvía a suspirar—. No me gusta hacerte llorar.
—No lo hiciste, estoy de puta madre.
—Sí lo hice, me has cabreado, ¿sabes?
—Estamos a mano —solté una risita nerviosa y sentí como me jalaba del brazo toscamente.
—No, no lo estamos, me la debes. —¿Pero, qué mierda?
—¿Disculpa? —Lo empujé tratando de soltarme.
—¿Creías que podrías matarme? —alzó una ceja.
—Creí que podría elegir entre una navaja, puñal o cuchillo.
—Deja de hacerte el tonto —rodó los ojos y yo intente alejarme inútilmente—. Maldita diva.
—¡Me has dicho diva! —Lo empuje aún con más fuerza para zafarme de su agarre.
—Pero que delicada princesa —me puse rojo, quizás, por el coraje, tanto que me comenzaron a doler las palmas de tan fuerte que enterraba mis uñas en ellas. Los puños estaban listos para atacar—. Maldita diva —derramó el vaso.
Sin pensármelo un poco más le solté un puñetazo en la cara. En la mejilla. Estaba roja y Jake se tocaba intentando asimilar lo que le había causado. Retrocedí por instinto y miré como su mirada se transformaba en una completamente seria.
—Fue tu culpa —dije antes de que él pudiera hacer algo.
—Estaba pensándomelo mejor, no planeaba darte tan duro —tocó su mejilla—, pero creo que te lo mereces —unas gotitas de sudor frió bajaron por mi sien y me levanté de mi lugar. Jake sonrió de lado y me jalo agresivamente del brazo asiéndome sentar de nuevo en el sofá, cerré los ojos fuertemente esperando a recibir una hostia, pero no pasaba nada. Abrí lentamente uno de mis ojos, visualizando a Jake pendiente a mis reacciones, como siempre, sin ninguna expresión en el rostro.
—Joder, ¿por qué tanto miedo? No será la primera ni la última vez que te folle duro, cariño.
—Pero… —terminé de abrir los ojos y me sonrojé—. Tenemos un concierto y…
—¿Crees que me importa? —rió—. El que tendrá el problema serás tú, no yo.
Y terminando de decir esto, se acerco a mí, besando mi cuello con ansias y atrapando mi piel con su boca dejando pequeñas marcas.
—Jake, detente —lo empujé, pero al ser tan debilucho no pude alejarlo ni siquiera unos centímetros—. ¡Jake!
—¡Cállate! —Me mordió con saña y yo solté un grito de dolor. Me había follado duro anteriormente, sí, pero nunca había sido así de brusco. Siempre era tierno conmigo, siempre me hacía sentir tan especial y, ahora, me sentía como una puta a la que están castigando. Me revolví en mi lugar y Jake se separó de mi cuello, mirándome con mala cara, lo único que pude hacer fue suplicarle con los ojos que me dejara, al hacer eso frunció el ceño y levantó la mano. ¿Iba a golpearme? No podía ser cierto…
Cerré los ojos y esperando el guantazo. Pero no llegó, al contrario una mano tomó un par de mechones pegados a mi rostro debido al sudor y los colocó detrás de mi oreja acercándose y mordiéndome el lóbulo. Me mordí el labio y coloqué ambas manos sobre sus hombros dispuesto a apretar por la próxima excitación que iba a sentir. Luego de que su mano viajara desde mi cabello, acarició con el dedo corazón e índice, la comisura de mis labios, los entre abrí para darle acceso a sus labios y su lengua que tan deseoso estaba por probar pero en vez de algo suave una mano tosca se posó sobre mi boca impidiéndome hablar.
Le lamí, le mordí, le besé la mano, pero no me soltó.
—Okey, vamos a hacer esto rápido, ¿vale? Te dolerá de lo rápido que será, pero son cosas que a ti te encantan.
—Mhhnnmmm —solté contra su mano.
—¿Qué? No te entiendo —pues suéltame idiota—. Bueno igual no importa.
Le mordí con saña la mano apretando la mandíbula con todas mis fuerzas existentes y él la quitó inmediatamente agitándola en el aire soltando un grito gutural que hasta a mi me sorprendió.
—Joder… ¡No! —Jake me tomó del cuello de la playera que llevaba puesta y me aventó a lo largo del sofá colocándose entre mis piernas—. ¡Me violan! ¡Me violan! ¡Auxilio, Socorro!
—Cállate —tapó de vuelta mi boca con su mano sana, la que no había mordido.
—Eh chicos, no queremos saber que pasa allá adentro... Jinxx, cierra la boca, por el amor de dios —habló Ashley al otro lado de la puerta y Jake sonrió ante eso.
Sus manos viajaron hasta mi entrepierna apretándola fuertemente, haciéndome soltar un jadeo.
Me llevé ambas manos a la boca para callarme y cerré los ojos con fuerza cuando empezó a mover su mano haciendo un ritmo que me estaba haciendo ponerme duro. Jake me miró e hizo una leve mueca sin detenerse.
—No hagas eso —abrí los ojos a la par—. Quiero escucharte —y dicho lo ultimo me acarició más rápidamente, más agradable, más torturante para mí. No pude evitar soltar algunos gemidos bajos, no quería darle el gusto de escucharme gemir como todo una actriz porno, el calor empezó a inundarme el cuerpo y descubrí mi boca haciendo que Jake sonriera. Tomó el comienzo de mis pantalones y fue desabrochándolos con ansias, como si no pudiera esperar ni un momento más, me hizo una señal para que me levantara un poco y así darle acceso a bajarlos, obedecí sumisamente y me los quitó por completo.
Me sentía algo incomodo por el hecho de estar en un camerino, de un lugar… No, más bien, de un país que ni siquiera era el mío. ¿Y si hay cámaras? ¿Y si están grabando? ¿Y si nos están oyendo?
—¡Ah! Mhn —me mordí el labio inferior cuando sentí las manos frías de Jake subirme la playera, acariciando todo mi pecho y tirar de ella para sacármela sin mucho éxito. Me levanté un poco permitiendo que pudiera desnudarme con más facilidad y se relamió los labios—. Jake…
Lamió cada parte de mi pecho haciéndome estremecer. Su cuerpo se despegó del mío dejándome al descubierto y con frío. Joder, pero que frío. Los pezones se me pusieron duros y no supe exactamente sí por la baja temperatura o la elevada temperatura. No sé. Jake se quitó la playera y se dejó caer sobre mí acariciando su piel con la mía y su hombría bajo sus pantalones con la mía bajo mis bóxer.
Me revolví cuando Jake tomó mi miembro con toda su mano, haciendo movimientos de arriba abajo suaves y lentos, torturándome. Para después ir aumentando la velocidad, entre abrí los labios soltado pequeños jadeos, Jake me miraba tan atento que hacía que me diera vergüenza y volví a cerrar los ojos apenado.
—Joder que eres precioso —me besó en los labios, bajando por mi mentón para finalmente quedarse en mi cuello, me besó, me lamió, me mordió la piel de aquella zona, haciéndome estremecer. Todo esto sin parar esos movimientos que me volvían loco.
—J-Jake —acarició la punta de mi miembro con su pulgar soltando una sonrisa y haciéndome gritar de gusto—. ¡Ah!
—A que eres peor que una puta —río leve contra mi oído—. Me encanta eso.
—No lo soy —me sonrojé—, siempre tienes que cagarla…
—No es para tanto vale, además… Eres mi puta —bueno, tenía razón. Era su puta, sólo que no me pagaba. Sólo, me devolvía el favor con un poco de sexo salvaje que claramente a mi me volvía loco.
—¡Oh, Jake, sí, así! —Su mano aumentaba la velocidad en mi miembro, mientras que la otra bajó desde mi pecho hasta mis caderas y luego más allá. Acarició mis muslos y abrió mis piernas con delicadeza. Su mirada se clavó en mi entrepierna haciéndome estremecer y soltar un berrido de vergüenza y excitación. Por Dios, que era un pornográfico—. ¡Ah!
—Cuando digo que eres precioso, te lo digo en serio —dijo aún con la mirada clavada en mi lugar íntimo. Sentí la cara arder en vergüenza pura que me estaba volviendo loco, comenzaba a temblar por caliente, mis manos comenzaron a subir y bajar sobre su espalda enterrando mis casi inexistentes uñas. Jake soltaba gruñidos en mi cuello lamiéndolo, recorriendo con su lengua desde la clavícula hasta mi frente. Me llenaba de babas y no me daba asco. Me ponía más.
Mi respiración empezaba a hacerse cada vez más acelerada, la excitación me dominaba el cuerpo y, no… No podía, lo necesitaba ya.
—Jake…
—¿Sí?
—¡Hazlo de una jodida vez, coño! —dije con la voz entre cortada, Jake rió levemente y mordió mi lóbulo separándose de mi cuello.
—Y eras tú quien no quería… —Me mordí el labio, era la verdad. Pero sí él lo empieza, él lo termina—. Bien
Llevó dos dedos a mis labios y yo abrí la boca, chupándolos mientras lo miraba y él me miraba a mí, impregnándolos de mi saliva.
—Bien pequeño… —Sabían tan bien, los apartó de mi boca después y los llevó a mi entrada. Jake me miró y yo asentí para que no se detuviera y, ahí esta… Oh, Dios. Deslizó lentamente ambos dedos por mi interior caliente y estrecho.
—¡Ah! —chillé, dolía. Pero sabía bien que no seria por mucho tiempo, Jake empezó a moverlos lentamente mientras se acercaba a mis labios y me besaba para distraer el dolor. Le mordí el labio cuando tocó algo dentro de mí que me hizo derretir y él gruño por lo fuerte de mí mordida—. ¡Hmm!
—Me has hecho mierda los labios —río y adentró otro dedo más de sorpresa, grité y me aferré a él lo más que pude, mientras ahora movía sus dedos a un ritmo constante que me estaba encantando—. Me has sacado sangre de uno.
—Lo-lo siento… —dije con dificultad por el ritmo apresurado.
—Estaremos a mano cuando yo logre sacarte sangre de otros lugares —tragué saliva escandalosamente. Oh, joder, que no sabía si cabrearme, chillar o gritar. Dolor y placer se peleaban en mi cuerpo por dominar y claramente Jake estaba del lado del placer, por que entre más rápido movía sus dedos, corrientes eléctricas llegaban a mi estómago en forma de calambrazos.
Estaba berreando por el simple hecho de que sus dedos me llenaran. Pero moría de ganas por sentir algo más. Cerré los ojos aguantándome las ganas de correrme, tenía que esperar.
—Vale, creo que ya estás —aún sin sacar los dedos de mi interior, escuché como comenzaba a bajarse los pantalones y supongo que también los bóxer. En un instante sus dedos salieron de mí y una oleada de frío me llegó al cuerpo haciéndome titiritar. Abrí los ojos lentamente y lo vi inclinado —aunque no totalmente— frente a mí mirándome.
—¿Qué? —pregunté con una voz débil y aguda. Joder.
—Estás sonrojado —mi y su respiración eran entrecortadas, nuestros pechos se inflabas y desinflaban rápidamente. Una capa de sudor nos cubría a ambos haciéndonos brillar por la luz del foco—, y sudado.
—Tu culpa.
—Lo admito —y después de esto, me besó fugazmente los labios y elevó mis piernas colocando una en su hombro y la otra al lado de sus caderas. Tanteó con un dedo mi entrada, el cual me hizo soltar un jadeo.
Le aparté la mano de un manotazo y el río quedamente para luego colocar su miembro en mi entrada sin presionar aún, cosa que me calentó más, por lo que me restregué con todo el descaro del mundo contra su miembro. Jake expulsó aire de su boca y mordió su labio, sonreí orgulloso y sin esperarlo Jake se posó dentro de mí, sin delicadeza. Bruscamente. Solté un alarido y me callé al instante al pensar que, afuera estaban los chicos, seguramente preguntándose que hacíamos, aunque hay que ser estúpido para no saberlo. Jake empezó a hacer movimientos lentos y conforme me fui acostumbrando su ritmo se fue acelerando.
—Sí, Jake… ¡Joder! —Que se jodan los de afuera yo voy a gemir hasta que no me quede rastro de garganta, Jake me miraba con perversidad y eso me calentaba más aún de lo que ya estaba. Aguanta, Jinxx… no puedes ser un jodido precoz. Aguanta un poco más, pero es que estaba viendo las putas estrellas. Me sentía tan lleno, tan caliente, tan excitado. ¡El puto cielo, se los digo!
—Más rápido… Por favor… —Jake tenía los ojos centrados y los labios entre abiertos, con la frente llena de sudor. Abrió los ojos en cuanto le dije eso y se inclinó hacia mí impulsándose y profundizándose más dentro de mí—. ¡Sí!
—Eres una ramera, Jinxx —me importaba una mierda, que me llamara como quisiera, pero que no se detuviera—. Estas tan estrecho…
—Solo sé que eso te encanta —mis manos a lado de mi cuerpo estrujaban la piel del sofá con fuerza, casi queriendo desintegrarla. Mis ojos cerrados con fuerza y mi boca abierta con forma de mueca soltando gemidos. Mi pierna que se encontraba sobre el hombro de Jake, cayó a un lado de su cadera y él lo aprovechó para tomarla y darse más impulso jalándome por las dos piernas hacia él—. ¡Ah, Jake! ¡Joder, que me vas a reventar, no soy de goma! —Me había abierto aún más las piernas y los huesos de mi coxo-femoral tronaron, saliéndose —quizás— de su lugar.
—¡Oh! —gruñó contra mi oído.
Las embestidas que me proporcionaba, cada vez eran más rápidas y violentas, apenas la sentía salir y ya estaba dentro, llenándome de nuevo. No sé que carajo hacia dentro de mí, pero lograba hacerme soltar berridos, estaba tocando un punto muy dentro de mí con su miembro, ese punto que me hacia enloquecer.
—¡Ah, ah! —apreté los dientes y enterré las uñas en sus hombros sin poderme contener—. Voy a… a… ¡Ah! Correrme…
Me embistió más fuerte sin importarle lo que le había dicho, haciéndome soltar un grito gutural de la garganta, hasta que no pude soportarlo más, me corrí en su vientre gimiendo su nombre una y otra vez, arqueando mi espalda. Jake sonrío con malicia y yo caí rendido, embistió fuertemente unas veces más para depositar su semilla dentro de mí, llenándome por dentro. Sentí la humedad y el calor impregnarme y gemí una ultima vez antes de que Jake se recostara sobre mi pecho. Le acaricié el cabello con cariño, nuestras respiraciones agitadas iban al mismo ritmo, al igual que nuestros pechos subiendo y bajando. Sonreí ante eso.
—Te amo, Jake.
—¿Hmm? —cerró los ojos y respiró profundo.
—Que te amo.
—Yo también, enano —se incorporó—. Ahora vístete, tenemos un concierto que dar.
—¿Qué? —No podía estar hablando enserio, Jake levantó una ceja.
—Que te vistas, ¿qué no has entendido?
—E-estoy húmedo y, adolorido…
—Ya, ¿y?
—¡Jake!
—No es mi problema, yo ya te di lo que querías —salió de mi cuerpo con violencia levantándose del sofá buscando su bóxer y aventándome los míos a la cara. Sentía el culo muy abierto y su semen escurrirse por mis piernas. Avergonzado y un poquito humillado—. ¿Quieres levantar tu culo?
—¡Oye! ¡Es tu culpa idiota! —Le di un golpe en el hombro a Jake y este me miró serio. Típica expresión suya—. Me duele el culo, no puedo caminar
—Eh, Jinxx —me habló seriamente. Levanté una ceja dándole a entender que prosiguiera—, Em, ¿quieres ir a correr un poco? —se burló.
Abrí la boca indignado y le di un guantazo al costado de su abdomen.
—¡Idiota! ¡No es gracioso, ahora tendrás que cargar conmigo en tu espalda todo el concierto! —A que sí, soy malo.
—Pero si serás estúpido, yo no cargo bultos —suspiré fuerte resignado a que Jake sólo me molestaba. ¿Era así no?
—Basta, ya, no soy ningún bulto. Es en serio, no puedo levantarme —bien eso fue el colmo. Se puso rojo e infló los cachetes aguantándose una carcajada. Pero no lo aguanto más, el aire acumulado lo arrojó fuera de su boca y comenzó a reírse ruidosamente. Sólo me quede incomodo en mi lugar.
—Vale, eres muy gracioso, ya, párate —me tomó del brazo y tiró de él para levantarme.
Mis piernas se movieron como dos fideos y me tragué el piso—. ¡Ah! Si serás idiota, levántate.
Lloriqueé unos momentos, me había dado una hostia en la nariz y realmente me estaba doliendo demasiado allá atrás y el troglodita que tenía por novio le daba lo mismo, asombroso…
—No puedo… —Me empezaron a salir pequeñas lagrimas de dolor, Jake se rascó la nuca observando mi escena—. Me duele, ¿qué mierda no entiendes?
—Oh… —miró de derecha a izquierda—. Vamos, que no te he dado tan fuerte, se hombrecito y levántate.
—¡La puta que te parió, Jake! ¡A ti no te han abierto el culo!
—Ya, ya —se puso en cuchillas frente a mí y me tomó por los brazos intentando levantarme.
—¡Duele!
—¡A joder contigo! —Lo miré con los ojos llorosos, suspiró al ver mi rostro con expresión de sufrimiento y trató de ablandarse—. ¿Por qué siempre tienes que llorar?
—No lloro…
—Lo haces —abrió la boca dispuesto a hablar cuando unos toques en la puerta lo hicieron callar y yo tragué saliva.
—Eh, chicos ¿están bien? Quiero decir, es obvio que están bien —se escucharon las risas de Andy y Christian—. Pero, ¿ya han acabado? Tenemos concierto en 15 minutos.
—Estaremos listos, Ashley —respondió Jake.
—¡Ash! —grité—. ¡Ven, ayúdame!
—Eh… —Las risas de Andy y Christian se hicieron más fuertes y burlonas—. No creo, sólo participo en orgías con chicas rubias y de tetas grandes.
—¿Qué? ¡No! —Jake rodó los ojos y puso su mano encima de mi boca para callarme.
—Solo apúrense, ¿quieren? —respondió Ash golpeando la puerta—. Nos hemos aguantado una hora de porno duro gay, y ahora no queremos las consecuencias, porque a los queridos protagonistas se les acabo la pila.
Me puse rojo hasta la punta de mi cabello. Quité la mano de Jake de mi boca y le gruñí con intención de morderle si intentaba volver a callarme.
—Vístete, ¿quieres? —bajé la mirada observándome aún completamente desnudo. Pegué un gritito y Jake rompió a reír.
—Ayúdame bestia, me duele, es tú culpa —él negó con la cabeza.
—No voy a vestirte, eres grande, sabes hacerlo, estas adolorido no incapacitado —Uhm. Me duele el culo
—¡Ashleeeeeeeeey! ¡Tráeme una silla de ruedas!
—Yo creo que ¡noooo! —escuché su grito a través de la puerta.
—¿Cómo pretendes salir en silla de ruedas al escenario? ¡Estás loco!
—Perdón señor bestia, como usted no tiene calambre entre las nalgas puede caminar perfectamente.
—Vale, te traeré una silla —rodó los ojos.
—¿De verdad? —Le miré ilusionado y el soltó una carcajada. Puta madre.
—Era una broma.
—Cárgame y vísteme, ándale, ahí está tú puta broma —me señalé el culo con saña y Jake sonrío de lado.
—Te he dicho que ya tienes la suficiente edad para hacerlo tú sólo.
—¡Jake, duele!
—Me importa una mierda, tú te lo has buscado —hice un puchero y mis ojos se empezaron a humedecer—. Oh, para…
—Vete a la mierda, Pitts.
—¡Esta bien! —se levantó y ando hacia mis pantalones y mi bóxer tomándolos de un solo movimiento—. Acomódate.
Obedecí a lo que dijo y me recosté boca arriba mirando al techo—. Se delicado.
—Sí, sí, delicado —se arrodilló frente a mí y su mirada me dio para desconfiar, al principio deslizó el bóxer por mis piernas con delicadeza, colocándomelo sin el menor problema, sonreí. El problema fueron los pantalones. Los deslizó por mis piernas lentamente y al final, los subió hasta arriba con toda la fuerza posible, haciendo revolverme de dolor.
—¡Serás hijo de puta! ¡Ah!
—Princesa.
—Joder que tengo el culo temblando por tú culpa, y todavía te atreves a llamarme princesa. ¡Soy más hombre que tú! —Jake se carcajeó en mi cara.
—¡Oh claro, porque yo aún tengo virginidad trasera, soy menos hombre! —Ok, no era para tanto.
—Me has reventado todos los órganos hijo de puta —murmuré
—Eh, chicos —tocaron la puerta con una tonadita no muy amable—, salimos en seis minutos, ¿podrían por favor apurarse? —Era Andy.
—¡Jake me ha roto el culo! —grité bastante enfadado, me estaban tocando la moral. Odiaba que me apresuraran y más cuando estoy débil de la cadera hacia abajo.
—No quiero detalles, ¿sí? Gracias, sólo apúrense, no podemos salir sin ustedes, ¿lo recuerdan? ¡Son los guitarristas!
—Pues no pienso salir —contesté indignado. Jake se carcajeaba libremente con las manos en su estomago—, a menos que tú Andy, vengas por mí y me cargues, ¡porque nadie quiere cargarme!
—Disculpa, no, no quiero tocarte, quien sabe por donde te ha pasado Jake su polla, y…—Jake interrumpió.
—Por todo su blanco cuerpo —dijo tan maliciosamente que tuve que aguantarme las ganas de colgarme de su cuello.
—…No quiero saberlo —terminó Andy tan secamente. Algo así como traumado quizás
—Tú te lo has preguntado, yo conteste, simple —contestó Jake y Andy suspiró.
—Como mierda sea, sólo apresúrense
—¿Me han escuchado? ¡Dije que no voy a salir, hablo en serio! —Jake me miró con una ceja alzada, casi podía descifrar lo que quería decirme con sus ojos, “¿me estas jodiendo acaso?”—. No voy a salir.
—Claro, entonces planeas que yo toque por los dos, ¿verdad? Déjate de tonterías y levántate, que ya te he vestido —tomó mi pequeña polera blanca sin mangas y un poco rasgada por mí para darle estilo y me la lanzó a la cara. Me la aparté del rostro y lo miré con ojos furiosos, no iba a salir y nadie me iba a obligar, he dicho.
—No… —Jake me dirigió una mirada profunda que me hizo encogerme en mi lugar—. Que no.
De repente, los golpes de Ashley, Christian y Andy en la puerta se hicieron escandalosos gritando que por qué no saldría, que por qué me dolía el culo, que por qué era tan diva, que por qué hice tanto ruido. ¡A joder con ellos!
Me puse mi polera con cuidado y al final me senté en el piso bien como pude adolorido cruzándome de brazos y mirando hacia otro lado, que le hicieran como pudieran. Yo no movería mi culo de aquí, Jake soltó un bufido y se levantó andando a la puerta, volteé a mirarlo con expresión de miedo.
—Si me ayudan. La reina no quiere salir —y dicho esto, entraron los 3 casi al mismo tiempo, casi corriendo y se posicionaron en frente de mí—. Cárguenlo
Oh, Jesús…
—No, ni aunque me carguen saldré —Ashley suspiró con fuerza y Andy me miró tan seriamente que sentía como me clavaba mil cuchillos con la mirada.
—Sí no te levantas y vas allá a fuera, te meteré un tubo de fierro puro por el culo —soltó mirando hacia otro lado.
—No, eso le gusta —murmuró Christian.
—¡Cállense idiotas! —Les grité.
—¡Jake! Por Dios, controla a tu crió —Andy se giró hacia Jake que estaba con pose chula recargado junto a la puerta con su Iphone.
—No es mi problema —se giró y nos dio la espalda. Mi boca se abrió grande totalmente sorprendido por la actitud de mi “novio”. Pero me quería, ¿no? Espero que sí.
La mano de Christian tomó mi pierna y la elevó tirándome de espaldas contra el suelo.
—¡Ah! ¡¡Duele, joder!! —grité refiriéndome a mi culo.
—Ya, vale —me calló—, Ash, tómale la otra pierna y tú Andy, las manos.
—¿Qué yo qué? —gritó paranoico Andy, como si lo culparan de un delito—. No, no, no, no, no, me niego, no, no ¡¡No!! ¡Qué asco! Tocaría indirectamente la polla de Jake y no gracias, no quiero tocarla, ni a su polla ni sus fluidos.
Ash que ya había tomado una mano mía para llevarme me soltó de inmediato limpiándose las manos en su ropa con cara de asco.
—¡Que asco, mierda! Jinxx, lávate las putas manos.
—No quiero —pataleé soltándome del agarre de Christian.
—Andy, eres igual de nena que este chaparro de acá, ¡tómale las manos! —habló Christian y Andy abrió la boca grande, claramente insultado.
—¿Marica, yo? —Christian suspiró, sabía que empezar a discutir con Andy era hacerlo como con una mujer, nunca se callaría—. ¡Te reto a tomarle las manos tú!
—No gracias, que eso lo haga el novio, yo no —todos, incluyéndome a mí dirigieron la mirada a Jake, este seguía de espaldas y, al sentir 4 pares de ojos apuntándolo, giró la cabeza desinteresado—. Vamos, Jake.
—¿Ah? ¿Por qué?
—Porque tú eres el que lo jodió y nos da asco —respondieron los 3 al unisonoro y yo fruncí el ceño. Que hijos de puta.
Jake soltó un prolongado suspiro para después guardar su Iphone en el bolsillo trasero de su pantalón, completamente resignado.
—Todos ustedes son un cuarteto de mariconas —y tomó ambas manos y jaló de mí, mientras todos abrían la boca a la par. En especial Christian, quien era quien me parecía tan macho, después de Jake, claro esta—. Levántenlo.
Y yo seguía en el piso, viendo toda la discusión como memo. Estupendo, Jinxx, estupendo.
—Hagámoslo rápido antes de que esta nenaza se ponga a patalear —dijo Ashley suspirando. Jake con mis brazos y Christian y Ashley con mis piernas, me levantaron a la fuerza llevándome como un costal súper pesado de patatas, hacia la parte trasera del escenario.
Comencé a retorcerme como un loco implorando que me soltaran. Jake que a veces inclinaba su cabeza hacia mí para burlarse, me apretaba un punto en el brazo que extrañamente me causaba un calambre que me recorría desde los dedos hasta el cuello.
—¡Ah! —jadeé. Los chicos me miraron asustados creyendo mal enseguida y casi me soltaron como si quemara cuando llegamos hasta donde estaban nuestros instrumentos, dejándome medio tirado en el piso.
Jake tiró de mis brazos levantándome, sólo doble las piernas y me quedé encorvado tratando de mantener el equilibrio. Aún dolía. Me dolía mucho.
—Ahora quédate parado, no, intenta caminar —Jake se situó atrás de mi hablándome al oído. Me estaba cabreando.
—¡No puedo caminar! —giré el rostro y lo miré furioso.
—Ya, no seas mamón —y me empujó.
—Por Dios, eso se ve mal, ¿qué le has hecho? —Le preguntó Ashley a Jake.
—Le reventó los órganos internos —respondió Andy.
—No voy a salir —volví a replicar.
—¡Vas a salir, nos la debes has arruinado la entrevista! —gritó Andy.
—Uhm, vale, sólo por eso hijos de puta, sí me caigo les prometo hacerlos pasar el mejor de los ridículos —ironicé amenazándolos—. Puta entrevista
—Buena entrevista —dijo Jake casi a las risas.
—¿Qué? —Le miré con cara de “¿qué me dices hombre?”
—Fue mentira —abrí los ojos lo más grande que nunca lo había hecho y apreté los puños hasta que mis nudillos se pusieron blancos, más le valía a él y a su rostro que sólo estuviera jodiendo.
—¡¿Qué carajos?! —Jake retrocedió un paso con una sonrisa de niño travieso plasmada en el rostro, con sus perfectos y blancos dientes, Ashley y Andy se miraron mientras que Christian miró hacia otro lugar rascándose la nuca—. ¿Qué sucede aquí? ¡Hablen!
—Pues… La entrevista será editada —dijo Jake sonriéndome aún.
—Eso es bueno… —espera, ¿qué?—. Me dijiste que era en vivo.
—Digamos que no fue en vivo, pequeñín —Ashley se encogió de hombros y una oleada de furia me llegó, ¿no era en vivo? Entonces por qué mierda tanto alboroto con Jake. Cariño, voy a patearte en las pelotas—. Y Jake nos ha pagado para aparentar.
Vale, eso sí no me lo esperaba.
—¡Jake!
—¿Qué?
—¡Qué te den!
—Ese es tu trabajo —río—. Vamos, que lo que he hecho no ha sido tan malo.
—¿Qué no ha sido tan malo? ¿Cuánto les has pagado, imbécil? —Me acerqué amenazante hacia él.
—5 dólares —respondió Andy por Jake—. No fue mucho, pero sirve para unos cuantos dulces.
—¡¿5 dólares?! —Todos asintieron al mismo tiempo—. ¡¿Por 5 jodidos dólares se vendieron?! ¡Pedazo de cabrones! Con más razón no saldré, háganle como quieran, ¡no saldré! —Y caminé como pude para irme, pero a los 7 pasos me detuve por la punzada de dolor que sentía en el culo, no iba a poder llegar a ninguna parte.
—Vale Jinxx, no te cabrees, siempre sueles negarte antes de los conciertos…—se rascó la nunca acercándose a mi—, y bueno, debía hacer algo.
—¿Y por eso pagaste cinco dólares? ¿¡Cinco dólares que sirven para pura mierda!?
—Yo me compré una hamburguesa —dijo Andy.
—Oh sí, fuimos a un Burger King —asintió Christian—, estaba muy deliciosa esa hamburguesa con papas.
—Oh sí, hamburguesa con tres quesos y tres carnes —se saboreó los labios Ashley—, por favor, vayamos cuando acabemos esta mierda —gritó desesperado.
Me sentí humillado.
—¡Hijo de puta, actuaste para tener sexo conmigo! —golpeé el pecho de Jake y este ni se inmutó.
—Me pareció excitante la idea —se encogió de hombros.
—Debemos salir —Andy tiró de su cabello al ver que nadie movía un solo dedo.
—No me lo puedo creer —murmuré.
—Ah, vale, no sabíamos para que era, sólo Jake nos pidió que le siguiéramos la corriente, y he ahí nuestras caras de idiotas, ¡salió tan bien! No sabíamos que decir —respondió Christian.
—¡Salió perfecto! Y yo —Jake infló su pecho—. Salí ganando.
—Te odio —le hablé frío e indignado.
—No, no me odias.
—A que sí.
—Vale, lo odias, ¿quieren salir ya? —La voz de Andy nos dio un respingo a todos por la dureza en la que había hablado.
Me crucé de brazos dispuesto a seguir con mi berrinche cuando vi a Jake acercarse a mí con el ceño fruncido.
—Vas a salir, ahora —y me empujó con fuerza haciéndome caminar un poco hasta mi guitarra.
Él tomó la suya y salió al escenario junto con Andy. Me colgué la lira mientras escuchaba los murmuros de Christian y Ashley.
—No se ve muy bien —hablo Chris.
—Se le ve más grande el culo —ese comentario me puso rojo, pero traté de ignorarlos, como si no los estuviera escuchando.
—¡Le estas mirando el culo! ¡¡Jake!! —salió Christian corriendo al escenario y tras él salió Ashley gritando como un loco.
—¡Eh, no! ¡Espera!
Me quedé parado como idiota caminando lentamente hasta que divisé a todo el público mirándome fijamente, gritando y aplaudiendo.
Me duele el culo, ¡me duele el puto culo! Por favor, que no me caiga. Que no haga el ridículo, que no muera en pleno escenario. Jake me guiñó el ojo y miró hacia en frente, mirando a todos los fans, gritando, haciendo y deshaciendo, saltando, empujando, llorando y sonrío.
¡Le odio! ¿Ya lo dije? ¡Pues, le odio!

He sido follado como todo una puta y engañado como un pelotudo. Jinxx, eres un idiota.




NOTA: ¡A mi me ha encantado! En verdad, me divertí mucho haciendolo con Rubí (su blog: AQUÍ)y espero no sea el ultimo que hagamos juntas. Dejen comentarios que quiero muchos ;-; Vamos que ando estrenando Blog.
Amo a Rubí x'D

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