Introducción
Tenía
las manos muy frías contra su pecho, pero para encontrarse en medio de la nieve
era normal, y aunque sentía una desesperación extrema por calentarlas al fuego,
le gustaba estar ahí, donde estaba. El aíre completamente helado le pegaba en
la cara y le despeinaba los cabellos en la frente que después de haber sido
alborotados regresaban a su lugar. Miraba totalmente aburrido, soltando un
bostezo de flojera, para todos lados esperando encontrar algo entretenido que
hacer. Faltaban escasos 20 minutos y aún así pretendía llegar un poco tarde a
su cita.
Tenía
un dinero ahorrado y quería comprarse un departamento o una cabaña para él solo,
ya que por el momento se la había pasado rentando una pequeña habitación que
compartía con un chico de lo más nerd y aburrido llamado Kaleb. A veces no le
dejaba dormir por mantener las luces prendidas, estudiando para sus exámenes,
repitiendo palabrerío que Oliver no comprendía para nada. Eso le molestaba de
sobremanera y por eso ahora de manera desesperada, había buscado por el maldito
periódico local, algunas opciones de casa
nueva, ya que no pretendía seguir compartiendo con una persona tan
desesperante y estúpida como lo era su compañero Kaleb.
Revisando
una vez más su reloj en mano, se dio cuenta que ya habían pasado diez minutos,
pero incluso seguía igual o más aburrido que antes, no había nada interesante
en esa ciudad tan pequeña, así que se decidió a avanzar hacia su cita con el
señor Brian. Su primer destino que era una pequeña casa un poco distanciada del
centro de la ciudad, la que pensaba comprar quizás.
Caminó
a paso lento, como el de una tortuga pues sabía que el señor que le había
citado, tenía compromisos antes que con él y llegaría quizás más tarde de lo
acordado. Su cuerpo se sacudió violentamente por un escalofrió que le recorrió
la espalda y sus dientes chocaron entre ellos por el repentino movimiento de su
mandíbula.
Cuando llegó su sorpresa fue que el dueño
estaba ahí con un maletín negro y pequeño esperándole. Él incluso había
intentado tardarse para no llegar tan temprano y no encontrar a nadie, pero se
notaba que la desesperación de ese señor por vender la pequeña casita, podía
más, que incluso había llegado antes.
—Buenas tardes joven Sykes. —Saludo un señor no mayor de cincuenta años, pero muy bien conservado, en traje y cabello negro aún, usaba lentes y tenía un diente de oro. Era amable y muy accesible. Un punto que a Oliver le pareció adorable en una persona de esa edad.
—Buenas tardes joven Sykes. —Saludo un señor no mayor de cincuenta años, pero muy bien conservado, en traje y cabello negro aún, usaba lentes y tenía un diente de oro. Era amable y muy accesible. Un punto que a Oliver le pareció adorable en una persona de esa edad.
—Buenas tardes Señor Brian, lamento hacerlo esperar — Saludó
con timidez sonriendo, fallándole los labios por el frío de la ciudad.
—Sin problemas, ¿Pasamos ya?
—Claro.
El señor Brian introdujo una pequeña llave en la cerradura, girándola haciendo que la puerta se moviera y así diera paso a esas dos personas.
El señor Brian introdujo una pequeña llave en la cerradura, girándola haciendo que la puerta se moviera y así diera paso a esas dos personas.
La pequeña casa tenía muebles propios, pero vacios, se
notaba que era cuidada con mucho esmero y limpiada casi a diario. No olía a
humedad y era muy acogedora. Era de dos pisos y tenía lo esencial: dos baños,
dos habitaciones, una cocina-comedor y la pequeña sala de estar, además de un
pequeño patio trasero y delantero. Perfecta para él.
Después de una pequeña muestra por toda la casa, explicación
por parte del señor Brian y un chequeo general de Oliver, exagerando al tocar
los muebles y encendiendo las luces, además de abrir todos los grifos de agua
que se topara en su camino –cerciorándose de que estuvieran perfectamente y el
agua saliera de ahí–, con una sonrisa fue con el dueño de la pequeña casa,
dispuesto a dar su respuesta.
—Creo que esta casa podría convenirle joven Sykes, mirando
que esta a una distancia prudente del centro de la ciudad, y mirando que no hay
vecinos molestos en esta zona, además de que es protegida por la policía local
y observando que solo es usted el que viviría aquí, la encuentro muy adecuada a
su manera de vivir, contando con un cuarto extra por alguna visita que tenga—.
Oliver miró a su alrededor antes de caminar de regreso escuchando con burla al
dueño, ya que parecía no rendirse fácilmente, no hasta vender la casa.
—Le faltan toques hogareños y quizás una pintada de otro
color si no le gusta el azul-verdoso que tiene ahora. Pero fuera de eso, creo
que está bien, me gusta—. Dijo Oliver apagando todas las cosas que había
encendido en su camino.
—Entonces ¿Qué dice?— Peguntó con una sonrisa de
satisfacción el señor Brian.
—Pues la tomo—. Contesto Oliver recibiendo una hoja de papel y un lapicero para firmar los documentos que lo acreditarián como nuevo dueño de esa pequeña casa.
OHMAIGAD! compró la casa
ResponderEliminarIMPAKTADA :OOOO
Ok ya, exagero e.e
No había podido leerlo por el jodidohijoeputainservible colegio...pero bueno XDD
Dejaré un comentario pendejo en cada capítulo...
No más te decía, por si andabas con el pendiente XDDD
Holi c:
Eliminardhjsghjdf yo creí que estabas leyendola de uuuuh ;w; pero bueno, ahora lo haces n.n espero te guste :3
Si, de hecho ya lo había comenzado, pero dejé de hacerlo por el jodidohijoeputainservible colegio ¬¬
EliminarY así, cada que pueda leeré un cap y ashiii ;ww;