domingo, 22 de diciembre de 2013

Por medio de cartas: Sospechas.

Barner por Rubí Gómez



Capítulo siete: Sospechas.


Andy parecía un pequeño león enjaulado, dando vueltas por su habitación soltando gruñidos y jalándose el cabello de la desesperación. Se le había ido de las manos totalmente. Su mente no dejaba de maquila ideas locas e inútiles para burlarse de ello, pero simplemente ninguna era lo suficientemente buena como para librarse de su mentira; incluso sentía como su subconsciente se burlaba de él a grandes carcajadas, diciéndole ‘estúpido’ mil veces.

Jinxx y Jake por su parte, lograron tomar la ropa interior que estaba a su alcance a un lado de ellos para no tener que mostrar partes de su cuerpo que preferían reservarse solo para ellos. Haberlos interrumpido en el momento cúspide de su calentón a esa hora de la mañana, les hacía sentir el calor brotar por los poros de su piel de una manera no muy agradable. Y peor aún con el pequeño Andy dando vueltas y maldiciendo a todos, podrían considerar el tener público... La erección en sus bóxers lo decía todo.

— ¿Estás bromeando cierto?

Andy se detuvo en seco y se giró de una manera nada suave y tranquila. Se le notaba tenso y nervioso, incluso se le podía ver el parpado del ojo izquierdo saltar.

— ¿Acaso me ves sonriendo, eh? ¡Me ves con una jodida sonrisa en el rostro! ¡Fue tu jodida culpa! ¡Fuiste tú, maldito imbécil! ¡Si solo abrieras la boca para chupar pollas, esto no habría pasado!— Gritó señalando con su dedo indicé a un Jinxx con una incógnita en la cara. Claro que después de procesar la información su mandíbula se fue totalmente hasta el suelo, indignado. 

—Ya. ¿Mi culpa dices? — Jinxx se llevó una mano a su barbilla y rascó para luego colocar dos dedos en su sien y masajear suavemente en círculos. Suspiró y colocó sus dedos sobre su tabique nasal. — Ok, niñato estúpido. Escucha, si no mal recuerdo, fuiste tú quien decidió que era buena idea mandar cartas a un completo extraño, y no suficiente con eso, engañarle haciéndote pasar por una chica. ¡Es que no conocías lo suficiente a Oliver! ¡Sabías que era un tipo con más edad que tú, que cualquier decisión que tomara no le afectaría porque es un adulto! ¡Y peor que todo le dijiste que estabas enfermo! ¡Eres tú el que está mal, no yo! ¡Deja de ser un mocoso Andy, piensa con la cabeza cuando vayas a hacer alguna estupidez! ¡A sabiendas que más le has de haber contado! ¡Imbécil! —Andy apretó los labios en una línea recta y su ceño quedó descompuesto. Iba a explotar pronto.

—Pero luego vienes tú y me dices Si no fuera porque está a kilómetros, temería que viniera a buscarte” —imitó con voz torpe—, me has echado la maldición ¡maldito seas, mil veces! —gritó jalando algunos mechones de cabello que tenía sobre la frente. —¡¿Qué voy a hacer? ¿Qué le voy a decir?! —Dio una vuelta completa como buscando algo y luego miró hacia la puerta—¡Ya sé! Me quedaré aquí hasta que se vaya — murmuró asomando la cabeza entre el marco de la puerta y esta misma que por el momento yacían abiertas solo un poco—, si eso haré, cuando se harte, se irá y así no tendré que dar torpes explicaciones.

—Oye—Jinxx tronó dos dedos y chasqueó la lengua llamando la atención de Andy, quien cerraba la puerta con pestillo y caminaba de puntitas hasta su cama—, tienes que hablar con él, no puedes quedarte aquí… y mucho menos esconderte debajo de la cama— Habló con voz dura y tiró del tobillo de Andy quien ya tenía medio cuerpo bajo su cama.

—¡Cállate! ¡Eres el menos indicado para decirme que hacer, estúpido!

Jake que estaba con ambos brazos tras su cabeza, soltó la carcajada ganándose la atención de los dos chicos que peleaban y casi se escupían en la cara.

—Andy, la culpa es tuya. No le cargues el muerto al pequeñín, que podrá tener una boca demasiado floja, pero no es un brujo como para lograr que aquel haya traído su trasero hasta acá. — Fue la determinante voz de Jake para luego levantarse y jalar a su novio del cintillo de su bóxer, para que se volviera a costar con él. — Tú le trajiste hasta acá a base de mentiras. Por favor cuando salgas cierra la puerta.

—¡Imbéciles, no entienden! —. El menor de los tres estalló completamente tomando el lamparín de lava, que se encontraba en la mesa ratonera y lo estrellarlo con fuerza hacia la pared. —¡Oliver!

***

Por extraño que pareciera, Oliver se sentía como en su casa, demasiado cómodo y muy perezoso.

Miraba para todos lados, llevaba rato sentado, estudiando el salón donde se encontraba, posaba su mirada en cada uno de los artículos que veía y los estudiaba con la mirada como si fueran algo nunca antes visto. Miraba con detalle, hasta que sus ojos se posaron en una secuencia de fotos familiares, notando lo extraño que era no ver una donde ella, su chica, saliera si se suponía que eran fotos de la familia completa. Siempre era un adorable niño de cabellos rubitos el que salía posando con lo que serían sus padres. Se veía el crecer de aquel muchachito que aún no conocía, notando el cambio más drástico: el del cabello, en la niñez totalmente rubio y más adelante con el cabello completamente oscuro.

Tomó una fotografía para mirarla de cerca frunciendo el ceño al notar el demasiado parecido entre Andy y el niño que salía en las fotografías. “Hermanos” pensó. Se encogió de hombros y siguió paseándose como si nada, tratando de perder el tiempo en la espera.

Estaba tardando demasiado y se estaba comenzando a sentir inoportuno e incomodo. Quizás ella iba a salir, o quizás se estaba cambiando para él… Fuera lo que fuera, estaba tardando mucho y a él le estaba entrando un sueño inmenso y las ganas de acostarse en una cama le estaban traicionando en ese momento. En ese momento creyó que lo más adecuado hubiera sido el descansar un par de horas y luego ir a su encuentro. Pero ya estaba ahí. Suspiro y comenzó a caminar nuevamente para sacar esos pensamientos que tenía en mente, luego de haberse detenido frente a la enorme ventana que señalaba la carretera.

Se acercó a la cocina-comedor como por tercera vez, paseando su mirada por el aseado lugar. Se notaba enseguida que una mujer con dedicación se metía en esas habitaciones, pues todo estaba en orden, cada objeto en su sitio, al igual que el alimento enlatado, en caja o en refrigeración. Extremadamente impecable.

De regreso pasó por el principio de las escaleras escuchando unas voces en la parte de arriba. Aquellas voces sonaban desesperadas, y ninguna era de una chica, parecían voces masculinas, no de señores, pero sí de chicos en plena pubertad. Quizás era aquel chico, tal vez, era hermano de Andy. Difícil descifrarlo cuando ella nunca menciono tener un hermano.

Se mordió el labio y se quedó ahí parado planteándose el subir las escaleras o quedarse ahí sentado esperando a que su chica bajara. Pero no lo hacía. Si subía y la encontraba en una situación vergonzosa sería totalmente estúpido, pero el quedarse ahí parado esperando a que descendiera por las escaleras, estaba terminando con su paciencia.

Las voces cada vez eran más fuertes, sin embargo el sonido de la habitación parecía retenerlas, por lo que se escuchaban murmuros distorsionados, sin embargo en un grito de frustración seguido de un golpe o quizás algo quebrándose en mil pedazos, escuchó su nombre y luego un silencio.

Apenas piso el primer escalón decidido a subir y exigir que rayos estaba pasando, la puerta principal de la casa se abrió dejando ver a una mujer mayor con unas bolsas en mano, quejándose del tráfico y las pocas verduras y frutas frescas que pudo encontrar en un supermercado a pesar de la temprana hora que era.

Oliver la miró sin saber que hacer y el color en sus mejillas se tornó en un vivo escarlata, al momento en el que la mujer se detenía en seco mirándole con una ceja alzada. Era clara la pregunta en sus ojos.

—Hola. — murmuró bajo y agitó su mano de una forma que en vez de parecer saludo, parecía que padecía del síndrome de Parkinson.

—¿Quién eres tú? ¿Amigo o algo de mi hijo, o de los amigos de mi hijo? — Preguntó sofocada.

—¿Su hijo? Oh, es que yo…—  ¿Qué decir? Cualquier cosa que dijera iba a sonar como un completo acoso, y esa mujer que reconocía por las fotos como la madre de su Andy, lo echaría a patadas.

Ella soltó un gritito. Arrebatándole un brinco y un quedo ‘ah’ que hizo despertarle de sus pensamientos, Oliver corrió a detener una bolsa que se le había soltado de las manos de esa mujer e iba directo contra el suelo. La detuvo a tiempo.

Ella caminó hacia el comedor siendo seguida por Oliver que estrechaba entre sus brazos la bolsa de frutas que alcanzó a detener momentos antes. Se estaba poniendo aún más estresado de lo que ya estaba; dejó las bolsas de compras sobre la mesa y se giró sobre sus talones y tomó con cariño y delicadeza la bolsa que Oliver sostenía en sus manos.

—¿Y bien? No me lo has dicho, ¿Quién eres?

—Yo. Bueno, yo vengo…— carraspeo nervioso y se acomodó el cabello. Intentó continuar pero aquella mujer se llevó una mano a los labios con expresión de asombro. Lo reconoció de momento.

—Espera. Yo… yo te conozco… sí, te eh visto, antes. — Esa mujer no mayor a los cuarenta años rascó su barbilla y clavó la mirada en un nervioso y sudoroso Oliver, tratando de recordar de donde exactamente le conocía.

—Yo, bueno, me llamo Oliver—tanteó alargando su nombre, esperando a que aquella mujer le gritara o algo al reconocerle por mandar cartas. Pero ella se quedó inexpresiva mirándole, haciéndole saber que aún no tenía idea de quien era—, vivo en Canadá, yo eh mandado unas cartas…

—¡Cartas! ¡Eres tú aquel chico de Kingston! ¿Lo eres? Eres quien le manda las cartas a mi bebé. ¡Oh, vaya, lo siento tanto! — Se disculpó y Oliver arqueó la ceja, no entendiendo la razón, por la que lo hacía. 
—Me llamo Amy, soy la mamá de Andy.

Oliver forzó una sonrisa y estrechó su mano con la de Amy quien le dedicó una cálida sonrisa que le indicaba que por el momento era bienvenido. Suspiró aliviado y se acomodó sus ropas intentando no parecer un vago, pero lo parecía, aunque infinitamente agradecía llevar manga larga ocultando sus tatuajes, los de su cuello eran un poco más visibles. Dejando eso de lado, ni siquiera se había dado un baño ¿y si apestaba?

Giró la cabeza y tiró del cuello de su playera intentando oler algo malo, pero simplemente no encontraba algún olor diferente, incluso no olía nada y eso le perturbaba. Obvio que era su olor y jamás lo encontraría distintivo. Casi dio un respingo al notar que Amy le miraba seriamente. Se avergonzó aún más.

—Sí, bueno yo eh venido desde Kingston, porque estoy muy intrigado. —Se quedó callado un momento, de nuevo esperando por alguna reacción de aquella mujer, pero simplemente se quedó serena mirándole hablar—, ya sabe—carraspeó—,  por las cartas de Andy, las que manda a mi casa en… allá. —Se quedó pensando un momento, pero el silencio de Amy le estaba poniendo nervioso. Se limpió las manos sudorosas en los pantalones y sonrió—, creo que es lindo el que recuerde el lugar de su infancia, ya sabe.

—Está extrañamente obsesionado con aquella pequeña casita que teníamos— Amy le miró y le sonrió. El temperamento que aquella mujer dejaba ver era extraño, muy raro y comenzaba a darle miedo. — ¿Ya ha bajado?— Preguntó ella sirviendo un vaso de jugo y pasándoselo sin pregúntale. Oliver lo tomó haciendo un gesto, notando después de haberle dado un sorbo, que aquel jugo era de naranja y que además estaba super ácido. No era temporada. Respondiendo a su pregunta, Oliver asintió. — Te ha dejado solo acá abajo, ahora entiendo. Tiene manías muy extrañas, se debe estarse arreglando. No te desesperes. — Dijo riendo y vaciló con una mano.

—Andy… ¿está bien? — No pudo evitar preguntar Oliver con cierto tono preocupado. La voz le temblaba.

—¿Qué? Oh, pues, sí lo está. —Contestó algo dudosa Amy, pero al final sonrió como lo venía haciendo los últimos minutos. —A pesar de todo, aún y con sus dieciséis años sabe manejar muy bien las cosas, aunque no dejo de pensar que es muy pequeño para otras más. Mi pobre bebé. — Amy sonrió tomando unas verduras para comenzar a cocinar, dejando que Oliver se atragantara con su jugo.

“Pequeño” retumbó en su mente; e incluso el que usara el termino masculino en varias palabas le llamó la atención, pero algo le hizo alejar ese pensamiento de su cabeza.

Dieciséis y no dieciocho. Primera mentira encontrada.

—Oh, dieciséis, eso es… muy joven. — Comentó Oliver con una voz demasiado apagada que al parecer pretendía no ser escuchada. Pero lo fue.

—Lo es, créeme que sí— Amy quitó algunos anillos de su mano y se giró para verle mejor. — ¿Y tú, cuántos años tienes? Pareces un chico bastante mayor. — La mirada que le dirigió le hizo querer desaparecer.

Consideró decir su verdadera edad, pero estaba demasiado seguro que eso traería bastantes problemas, pues Amy parecía del tipo madre super protectora con sus hijos, respondió sencilla y falsamente: —Veinte.

—Oh vaya, las apariencias engañan—Amy echó a reír, pero Oliver se quedó completamente serio. — ¿Vives con tus padres en Kingston? Es increíble que hayas venido hasta Cincinnati. Me parece una distancia un poco larga, y más si tus padres no te acompañan. ¿Tus padres te han dejado venir solo hasta acá?

—Yo no vivo con mis padres. —Respondió muy cortado y callándose al instante. —¿Cuánto tiempo tiene Andy? — Preguntó al instante para borrar el ambiente pesado que comenzaba a crecer entre ellos. La sonrisa de Amy se borró dando lugar a una mueca de incertidumbre. Carraspeó nerviosa. —Lo siento, yo… es que me contó. — Se disculpó Oliver aún no teniendo en cuenta que le había incomodado a Amy

—Ah, ok. ¿Qué es lo que exactamente te contó?

—Lo de su enfermedad.

—¡¡Oh!! — Amy volvió a reír, logrando que el chico pusiera una mueca de fastidio en la cara. ¡Su hija estaba demasiado mal o muriendo quizás y ella reía! — Te refieres a la alergia ¿cierto? Andy siempre ha tenido esa alergia molesta hacia los mosquitos, es normal pero no deja de ser un problema cuando vamos a la playa o a acampar, ya sabes lugares de calor,  lo peor es que…

—No, no, esa enfermedad no. — Soltó con brusquedad. Oliver iba a volver a abrir la boca para alega sobre la supuesta enfermedad que atormentaba a Andy por ser la que posiblemente le llevara hasta sus últimos días, pero dejó escapa un suspiro y analizando la situación, miró a Amy frente a él. ¿Qué coño hacia hablando con la mamá de la chica? Joder, estaba arruinándolo todo, ese no era el plan. El plan era, verla, platicar con ella, quedar con su e-mail o algo para contactar mejor con ella y largarse. Conversar a gusto con su madre, no. Se puso de pie nervioso y caminó hacia la sala con Amy sobre sus talones y cogió sus cosas. — Lo siento, debo irme, creo que esto ha sido mala idea.

—Lamento si he sido un poco inoportuna. No puedes irte así, ¿has desayunado? Tienes mal aspecto. — Oliver negó y agradeció las atenciones de la mujer, pero no podía con eso, tenía que irse ya. — ¡Espera! No te puedes ir sin al menos despedirte de Andy, se pondrá triste cuando descubra que te has ido. — Amy emprendió camino hacia el principio de las escaleras y gritó con voz dominante, típica de una madre. — ¡Andy, baja en este instante!

***

El menor de los tres chicos contrajo notoriamente el rostro al escuchar el grito nada dulce de su madre. Si antes estaba un poco preocupado, ahora estaba completamente muerto del miedo. ¡Su madre! Ella no entraba en la gran mentira que se había soltado y mucho menos en su plan de último momento. El quedarse ahí encerrado hasta que Oliver se aburriera y se fuera ya no era algo viable. Su madre había estropeado todo. ¿Cuándo llegó? ¿Lo había visto? ¿Estaba con él? ¿Platicó con él? ¿Ya lo sabía?

El escalofrío que recorrió todo su cuerpo dio a entender a los dos chicos que le miraban con las mandíbulas apretadas, que estaba más que aterrado. La tensión en la habitación se podía cortar con tijeras y ahora eran los tres chicos quienes estaban realmente preocupados.

—¡Andy! —Recorrió de nuevo por toda la casa, la voz estricta de su madre. — ¡Que bajes ahora mismo! Un chico está buscándote y le has dejado solo aquí abajo, muy mal hecho, estás en problemas y si no bajas ahora, subiré a por ti.

Andy perdió todo el color que tenía en el rostro. ¿Qué decir? ¿Qué hacer? Si su madre subía estaba más que perdido, sin contar que aún tenía maquillaje en el rostro. Eso sería aún más vergonzoso. Si Oliver subía con ella, sería el final pues era obvio que ella le recriminaría el usar su maquillaje. Se escandalizó y miró a Jinxx que aún estaba en brazos de Jake, se acercó y lo jaló bruscamente, pegándose demasiado a él para hablarle cerca del oído.

—¡Debes ayudarme porque tú me has metido en esto! — Murmuró con agresividad al oído del otro que estaba de brazos cruzados. — Gracias a tu gran capacidad de abrir la boca irás allá abajo y dirás que estoy ocupado. Ocupada. ¿Entiendes?

—¡No! ¡No voy a hacerlo, es tú problema no me metas en las cosas que haces! ¡Fue tu culpa ya te lo dije!

—¡Cállate! —Gruñó con fiereza asustando a Jinxx. — Solo invéntate algo.

Y dicho eso, lo tomó del antebrazo y tiró con brusquedad de él, para abrir la puerta y echarlo de la habitación, sin olvidarse de poner el pestillo por si se le ocurría regresar.

A fuera de la habitación un Jinxx totalmente sonrojado se quedó sin saber que hacer, al ver una sombra reflejada subiendo por las escaleras. Se maldijo totalmente al no haberse puesto más que sus bóxer y rezó a cualquier ser celestial que le echara la mano. Pero solo ocurrió que Amy soltó un grito al verlo casi desnudo y que el otro chico que al parecer era Oliver subió corriendo colocándose en posición de defensa que solo al verle retiró y giró la cabeza para no verle.

—Mierda. — murmuró y fue escuchado por ambas personas que le veían de reojo. — Yo… Jake… Andy… Ah. Es que Andy acaba de tener un percance y… —carraspeó y notó que aquel chico ni siquiera le ponía atención. Le estaba comenzando a dar frío y ambas manos intentando tapar su hombría bajo su bóxer no ayudaban en nada. Rodó los ojos y habló rápido y determinante. — Andy te verá a las cinco en el ‘Springfield 18’ está sobre Springfield Pike. Donde está junto a una pastelería. Yo… —La puerta de la habitación de abrió tan rápido que apenas pudo captar un móvil chocando contra su cabeza. —Auch ¡adiós!

Abrió la puerta y se metió rápidamente chocando con Andy, que al parecer había estado con la oreja pegada en la puerta, esperando escuchar algo más. Su ceño estaba fruncido y era obvio que estaba molesto. Lo que quería era deshacerse de Oliver, pero mandando a Jinxx fuera, lo único que consiguió fue que la sacara una cita esa misma tarde.

Afuera de la habitación Amy y Oliver se miraron con unas cuantas interrogantes en la cabeza.

—¿Andy? —Amy se acercó a la puerta y tocó con fuerza— ¡¿Me pueden explicar que diablos está pasando?! — Oliver se encogió de hombros.

—Déjelo así.

Y dicho esto bajó sujetando fuerte sus cosas y salió de la casa.

Andy soltó todo el aire que había guardado en sus pulmones y pudo respirar tranquilo al escuchar el ligero click que se escucho al ser cerrada la puerta principal.

—¡Andy! Ven acá, ahora.

Jinxx soltó una risita y se apresuró a vestirse bajo la atenta mirada de Jake quien estaba de pie, completamente vestido esperado por él.

—Te has metido en problemas. — Murmuró Jake con voz divertida.

—Cállate.

—¡Andy! — Y unos golpes fuertes le hicieron encogerse.

—Chicos.

—Chicos nada—Gruñó Jinxx—, te las arreglas tu solo y tienes una cita a las cinco en el Springfield 18.

Tomó la mano de Jake y salió corriendo de la habitación al sentir la mirada pesada que Amy le dirigía por haber salido casi desnudo unos minutos antes.

Andy miró a su madre con todo el terror corriendo por todo su torrente sanguíneo. Si no murió por ver a Oliver moriría por la buena reprimenda que Amy iba a soltarle.




Nota: Primero quiero disculparme por tanto tiempo de no subir nada de este fic xd es que el capítulo pasado fue tan de improviso que cuando comencé este fue como de ¡oh my god, ahora que le pongo! pero las ideas fueron naciendo y bueno, es muy largo pero así vamos, lo que sigue será una cita entre Oli y Andy ¿Qué pasará? ¿Oliver descubrirá a Andy? *música dramática*
Dejenme un bonito comentario :'( 

4 comentarios:

  1. QUÉ? No me puedes dejar así, y la cita? Ay no asdfghj me encantó *w* espero no tardes mucho en subir el proximo xd

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    1. La cita en el siguiente cap :D Tardé mucho en subir, lo sé xd pero ya no lo haré :D

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  2. Ohh!! Por favor necesito saber que pasa!! Aah espero con ansias lo que sigue !!

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